Los Mets de Nueva York iniciaron en el día de ayer su Serie de Comodín ante los Padres de San Diego como amplios favoritos para avanzar de ronda. Sin embargo, desde muy temprano las cosas comenzaron a salir de una manera distinta a la planeada y rápidamente fueron sometidos a una disciplina de la cual no pudieron escapar. Los bates de los Frailes y el brazo de Yu Darvish se encargaron de maniatar al cuadro dirigido por Buck Showalter.

Su lanzador estrella, Max Scherzer, estuvo irreconocible y permitió un total de 4 jonrones y 7 carreras, algo que jamás le había ocurrido en las instancias de postemporada. Para poner esto en perspectiva, basta añadir que en 26 presentaciones que el 3 veces ganador del premio Cy Young realizó previamente en playoffs jamás recibió más de 2 cuadrangulares.

Por otra parte, los maderos del conjunto metropolitano no respondieron y solo un bambinazo de Eduardo Escobar cuando ya la distancia era insalvable impidió que fueran blanqueados.

Con dudas, pero con fe

En la jornada de hoy los Mets saben que si no ganan, no habrá mañana. Esta serie es al mejor de 3 y estando 1-0 abajo en la misma, no queda otra que salir victoriosos si no quieren marcharse a casa. Para intentar llevarse el triunfo pondrán sobre la lomita a Jacob deGrom, un brazo de lujo pero con un presente bastante dubitativo.

Ciertamente es un 2 veces Cy Young, pero sus repetidas lesiones y sus últimas 3 aperturas en la fase regular no alientan demasiado, ni siquiera al más optimista. En el trío de encuentros con que cerró su participación en la ronda anterior, deGoat dejó marca de 0-2 y efectividad de 6.60 ante Pittsburgh, Oakland y Atlanta, 3 novenas con alineaciones menos temibles y peligrosas que la que tendrá que enfrentar hoy.

Aun así, los Mets se encomendarán al diestro con la firme esperanza de que en un verdadero acto de gallardía y honor saque a relucir su casta y se imponga durante unos cuantos episodios.

Tienen que despertar

Pero no solo de deGrom depende la franquicia de la Gran Manzana, sino que también sus toleteros deben aparecer. Hombres como Francisco Lindor, Pete Alonso, Starling Marte y varios más tienen que responder desde la caja de bateo y respaldar a Jacob con carreras que le provean aplomo.

¿Será este el último baile de los Mets? Nadie lo sabe, pero es seguro que ellos no quieren que así sea y harán todo lo posible por evitarlo.