El béisbol moderno se basa en la analítica (la famosa sabermetria), la cual consiste en el estudio profundo de estadísticas para obtener los mejores resultados posibles.

Es bien conocido que las 30 organizaciones de las Grandes Ligas utilizan esta herramienta en todos los aspectos del juego, bien sea en su staff de pitcheo con el número de lanzamientos o buscar los mejores enfrentamientos basados en las estadísticas. Asimismo en el aspecto defensivo con las formaciones especiales (shifts).

Pero al hablar del aspecto ofensivo, encontramos que la aplicación de la analítica ha cambiado en demasía la manera de jugar este deporte; desde la manera de organizar el orden del line up, hasta la reducción y casi desaparición de los toques de bola y jugadas de hit and run, eso que se conoce como el “béisbol pequeño” y que en estos días parece ser una especie en peligro de extinción.

PHILLIES DE PHILADELPHIA Y EL TOQUE DE BOLA

El martes, en el primer juego de la Serie Divisional entre los Phillies y los Bravos, el cuarto bate de los Philadelphia, Bryce Harper, dejó a todos sorprendidos luego de ejecutar un toque de sacrificio.

 

La acción sucedió en la parte alta del tercer inning, cuando luego de que J.T. Realmuto se embasara por error, sin outs en la pizarra y con su equipo al frente 2-1 en la pizarra; el slugger de Philadelphia se sacrificó exitosamente.

La jugada salió a la perfección, pues seguido del sacrificio, Nick Castellanos, conectó un doble que llevó a Realmuto a la antesala, quien anotó posteriormente gracias a un fly de sacrificio de Alec Bohm.

Si bien es cierto que nunca se sabrá qué hubiese sido del turno de Harper con luz verde para el swing grande, la realidad es que se cumplió con el objetivo que era avanzar a Realmuto para que a la larga anotara en carrera.

Pero el sacrificio de Harper no fue el único en el encuentro, pues en el inicio del quinto inning, el dominicano Jean Segura, comenzó el ataque con doblete. Seguidamente, el jardinero Matt Vierling, se sacrificó exitosamente para llevar a Segura a la antesala, quien anotó gracias a un fly de sacrificio de Edmundo Sosa.

Es decir, en par de ocasiones, los Phillies realizaron toques de sacrificio, ambos exitosos y terminaron anotando dos carreras, cruciales para el encuentro si se toma en cuenta que el resultado final fue 7-6.

NO FUE UN CASO AISLADO

Los Phillies ya habían ejecutado dos toques de sacrificio en el segundo juego de la Serie de Comodines ante los Cardenales de San Luis, uno de ellos terminó con los resultados esperados pues el corredor anotó en carrera y aumentó la ventaja en la victoria 2-0 que le dio el pase a las Series Divisionales.

De tal manera que el equipo dirigido por el manager Rob Thomson, ha ejecutado cuatro toques de bola en tres juegos de estos playoffs (3-0), por lo que se puede empezar a creer que es una estrategia preestablecida para el equipo durante toda la postemporada. Especialmente si se toma en cuenta que durante la temporada regular, solamente se sacrificaron en seis ocasiones en 162 juegos.

Si los Phillies siguen realizando toques de bola efectivamente y continúan avanzando en estos playoffs, podría marcar un antes y un después, con un posible resurgimiento del toque de bola en el béisbol moderno.