Es un desmán histórico de muchos, afirmar antes de la contienda, que tal o cual selección ganará la Copa Mundo, además porque hay una línea de tiempo que nos recuerda que el ganar casi siempre corresponde a un grupo minúsculos de selecciones suprapoderosas, con los capítulos únicos de Inglaterra en el 66 y España en el 2010.

La gran ausencia de una selección poderosa es la de Italia, que con cuatro cetros no estará por segundo mundial consecutivo, pero las demás como Francia, Alemania, Brasil, Argentina, Uruguay siempre acuden a la cita con el asterisco de alerta por portar la chapa de monarcas.

No obstante, la peculiaridad de la fecha en la que se jugará, con los torneos domésticos y las copas internacionales en pleno desarrollo, hace necesario pensar que la competición deberá estar en acción para determinar con base en el funcionamiento y estilos de juegos quienes podrían pelear realmente por la corona.

El calendario de actividad de clubes, finalizará apenas dos semanas antes del inicio de la Copa, ese será otro escenario con el que los seleccionadores deberán convivir en la planificación de la justa, incluso jugadores que por compromisos adquiridos no podrán estar en la convocatoria sino hasta diez días antes de la inauguración.

Será una contienda llena de particularidades, de cosas únicas que no se verán en mucho tiempo, no basta con ser el primer país sede sin antes haberse clasificado, es la primera edición en el medio oriente y así, historias sobrarán.

El 20 de noviembre rodará la pelota, ¿Ganará una selección del grupo de las suprapoderosas o habrá un outsider?