Una de las selecciones más queridas de la zona de Centroamérica es sin duda la selección costarricense; una de las que desde que hiciera su estreno en las copas mundiales de la FIFA, en la edición de Italia 1990, siempre suele ser candidata a acceder a esta máxima cita en el área de la CONCACAF.

Los “ticos”, luego de haber estado ausentes en la pasada edición de Rusia 2018, dirán presente ahora en esta próxima cita de Qatar, en conjunto con sus colegas de Estados Unidos, Canadá y México, con el objetivo de al menos rememorar lo que hicieron hace 8 años en Brasil.

¿Y que fue lo que hicieron en Brasil?

Sencillamente esa edición realizada en suelo amazónico ha sido la mejor de las cuatro que han podido disputar, porque se atrevieron a romper todos los paradigmas posibles y midiéndose de tu a tu ante rivales de mayor peso.

Habían llegado a esta cita siendo los segundo mejores de la clasificación de Centro y Norte de América, solo superados por EEUU, y por encima de Honduras y México, quienes también jugaron esta edición; pero al llegar a Brasil, tenían que compartir grupo con tres campeones mundiales: Italia, Inglaterra y Uruguay.

Y entonces eran candidatos a finalizar en el último lugar de ese grupo D; pero bajo su habitual lema de “pura vida”, surgieron figuras como Joel Campbell, Óscar Duarte y Marcos Ureña, y entre los tres dieron el primer golpe en la mesa para vencer 1-3 a la Uruguay de Luis Suárez y Edinson Cavani.

Otro de los que formaba parte de este histórico combinado es Bryan Ruiz; el mismo que anotara el único para vencer a los italianos en el siguiente encuentro; ya el objetivo se había sobrepasado y era un hecho que estaban en la siguiente fase.

La inspiración de su portero Keylor Navas comenzaba a notarse en el encuentro ante  una irreconocible Inglaterra, que venía de caer en sus dos primeros encuentros; una igualdad sin goles acá bastaría para ganar el primer lugar de este grupo, y era algo como que si hubiesen ganado el mundial.

Entre los ocho mejores del mundial

Llegaban los octavos de final, instancia en la que había que estar preparado para ganar con mucho físico, ya sea por tener que jugar la tradicional prórroga de 30 minutos, o en su defecto, teniendo la sangre fría de definirlo desde el punto penal.

Acá también además de la figura de Navas, se puso de manifiesto el buen orden defensivo, encabezado por Duarte y Umaña; Grecia fue un rival complicado, pero ese mismo orden pudo generar que el encuentro se decidiera desde los doce pasos, con precisamente Umaña anotando el último penal y de nuevo todos a celebrar.

Increíblemente Costa Rica estaba por primera vez en unos Cuartos de Final; el ánimo por las nubes y cada vez con más hambre de seguir avanzando sin ningún tipo de límites. El rival de turno era la tradicional Holanda de Louis Van Gaal, y luego de un partido bien planteado, de nuevo nos íbamos a la fatídica tanda de penales.

Acá el DT colombiano Jorge Luis Pinto, al servicio de los costarricenses, tuvo que reconocerle a su colega neerlandés el atrevimiento de hacer aquel famoso cambio de portero, y con ello le pudo ganar la pulseada; hasta aquí llegaba el sueño mundialista.

Pero la historia se escribió con letras doradas esa noche en la “Arena Fontenova” de Salvador de Bahía; Keylor Navas se ganó su contrato con el Real Madrid y al igual que sus compañeros, todo el reconocimiento por ser la revelación de ese torneo. Algún día emularán esta hazaña; en Qatar tendrán de rivales a otros dos campeones, Alemania y España, ¿Se repetirá la historia?