Parecía algo totalmente irreal, a principios de mes, pero sucedió. El número uno del mundo, el máximo candidato a quedarse con la dorada, en medio de una temporada de ensueño, se va sin ninguna medalla colgada del cuello al terminar su participación en los Juegos Olímpicos.

Después de caer en las semifinales del torneo de singles ante un Alexander Zverev que estuvo inspiradísimo para dar vuelta el partido, Djokovic acusó el golpe y entró en una crisis tenística que lo llevó a, un rato más tarde, también perder la semifinal del doble mixto junto a Nina Stojanovic.

Con la posibilidad fallida de lograr la medalla dorada por primera vez en su carrera, uno de los títulos que les falta, y, además, la imposibilidad de lograr el Golden Slam, las esperanzas del serbio estaban depositadas en lograr el bronce, medalla que ya obtuvo en Pekín 2008.

Djokovic rompió una raqueta contra la red al terminar el partido

Pero enfrente estaba un Carreño Busta que, si bien había caído ante Karen Kachanov, el torneo había eliminado a Daniil Medvedev, el número dos del ránking. Y era la oportunidad perfecta de volver a dar el golpe, ya que enfrente estaba un Djokovic muy nervioso y desconectado de su mejor tenis tras la frustración de lograr alguna dorada.

Carreño se llevó el primer parcial por 6-4 y, si bien Djokovic pudo recuperarse tras un muy parejo segundo set (6-7), el español estuvo más firme en el tercero y definitorio, aprovechó la poca efectividad de Nole en su saque para ganarlo por 6-3.

En medio de la bronca por no lograr ninguna medalla por tercer Juego consecutivo (perdió el bronce ante Del Potro en Londres 2012 y, ante el mismo rival en primera ronda en Río 2016), Djokovic decidió no presentarse al partido del dobles mixto por la medalla de bronce, ganando la pareja australiana por abandono.

Djokovic deberá enfocarse plenamente y dejar estos Juegos en el pasado ya que aún tiene la posibilidad de hacer historia en el US Open y convertirse en el primer jugador desde 1969 en lograr los cuatro majors en el mismo año.