Debían ser los Juegos alegres ese era el lema de los Juegos Olímpicos de Munich 1972, concebidos para mostrar al mundo una imagen jovial y amigable de Alemania, apenas tres decenios después del fin de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto. Los anfitriones aspiraban a opacar la anterior cita olímpica en su territorio: Los Juegos de Berlín de 1936, presididos por Hitler en pleno régimen nazi. Pero una combinación de graves errores de seguridad e inconfesados cálculos políticos, aún no aclarados del todo, desembocó en una masacre terrorista.

El 5 de septiembre de 1972 ocho miembros de la organización terrorista “septiembre negro” entraron a la villa olímpica, mataron dos atletas de Israel y se llevaron a nueve como rehenes, con la esperanza de intercambiarlo por 232 presos palestinos. 

El gobierno alemán confirmó que las familias de los 11 atletas israelíes que murieron por palestinos armados en los Juegos Olímpicos, serán indemnizadas por 28 millones de euros. 

Sin embargo, la intervención militar de los servicios de seguridad alemanes terminaría con un saldo negativo con la muerte de todos los rehenes y nueve de los atacantes  

50 años después del lamentable suceso, se llegó a un acuerdo entre los gobiernos de Israel, Alemania y las familias involucradas. Asimismo, el portavoz alemán comentó luego de hacer pública la decisión: “El país cumple con su obligación histórica con las víctimas y sus familiares, en el contexto de la relación especial germano-israelí”.

Por su parte, el Presidente de Israel, Isaac Herzog comentó: “Quiero expresar mi gratitud por este paso dado por el gobierno alemán…. Asumiendo su responsabilidad y otorgando compensaciones por la injusticia histórica”.

Las autoridades alemanas, acicateadas por el anuncio de los familiares de que no acudirían a los actos conmemorativos de este lunes en Munich por considerar “insultante” la cifra ofrecida, acordaron con ellos el pago de 28 millones de euros, a abonar entre el Gobierno federal, el land de Baviera y la ciudad de Munich. La oferta inicial era de 10 millones, e incluía dos pagos ya realizados: uno de 1972 por el equivalente de dos millones de euros, y otro del 2002 de tres millones.

“Estamos complacidos y aliviados porque se haya llegado a un acuerdo sobre el esclarecimiento histórico, reconocimiento y compensación poco antes del 50.º aniversario”, dijeron en un comunicado el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y el israelí, Isaac Herzog, que asistirá a la ceremonia en Munich. “El acuerdo no puede sanar todas las heridas. Pero abre una puerta de unos a otros prosiguieron ambos. Con este acuerdo, el Estado alemán admite su responsabilidad y reconoce el terrible sufrimiento de los asesinados y sus familiares”.

El pacto prevé crear una comisión de historiadores alemanes e israelíes que revalúe los hechos a la luz de los documentos disponibles. Los parientes de las víctimas que finalmente sí acudirán a los actos reprochan a Alemania “50 años de mentiras y encubrimientos” sobre el fatal desenlace.