Su figura infunde respeto. Pareciera algo desganado, larguirucho, pero no. Todo lo contrario. Es uno de los mejores bateadores de la Liga. Quizá el más peligroso. Batea a las dos manos, tiene la capacidad para batear por los pasillos y, si te descuidas te puede sacar la bola.

Sus números ofensivos parece de video juego. Amanece este martes con una línea ofensiva de .405/.490/.667 en 12 juegos. A eso hay que agregarle un jonrón, dos triples, cuatro dobles, 13 anotadas y 12 remolcadas. ¿Quiren más?

“Las condiciones que tienen son increíbles”, dice Emilio Bonifacio, capitán del Licey. “Creo que por los resultados no debemos cambiarle nada, no vaya a ser que deje de producir”.