La tormentosa relación de las hermanas Venus y Serena Williams con su padre quedó plasmada en “King Richard”, la película que llegó a los cines en 2021 y que fue protagonizada por Will Smith, quien gracias a su interpretación recibió el primer Premio Oscar de su exitosa carrera.

Richard Williams elaboró un minucioso y exigente plan para que sus hijas se convirtieran en las mejores tenistas del mundo, incluso antes de que ellas nacieran. No solo fue su padre, sino también su entrenador y su manager. Sus métodos drásticos le valieron cientos de críticas y hasta fue apuntado como un manipulador que buscaba hacerse rico con sus hijas. Ellas, sin embargo, nunca hablaron mal de él y hasta defendieron el rol que tuvo durante su infancia.

En 1978, Richard estaba haciendo zapping frente al televisor y quedó fascinado con la consagración de la tenista rumana Virginia Ruzici, de apenas 23 años, en Roland Garros. No le llamó la atención el partido, sino el cheque de 40.000 dólares que recibió por haber ganado ese Grand Slam.

Richard Williams elaboró un minucioso y exigente plan para que sus hijas se convirtieran en las mejores tenistas del mundo, incluso antes de que ellas nacieran. No solo fue su padre, sino también su entrenador y su manager. Sus métodos drásticos le valieron cientos de críticas y hasta fue apuntado como un manipulador que buscaba hacerse rico con sus hijas. Ellas, sin embargo, nunca hablaron mal de él y hasta defendieron el rol que tuvo durante su infancia.

En 1978, Richard estaba haciendo zapping frente al televisor y quedó fascinado con la consagración de la tenista rumana Virginia Ruzici, de apenas 23 años, en Roland Garros. No le llamó la atención el partido, sino el cheque de 40.000 dólares que recibió por haber ganado ese Grand Slam.

Cada día de la semana, Venus y Serena eran sometidas a maratónicas sesiones de entrenamiento, sin importar qué tan fuerte lloviera o cuánto frío hiciera. Les solía dar pelotas viejas o mojadas, así “tenían que golpear más fuerte y agacharse más”. También les exigía que consiguieran buenas notas en el colegio y que tuvieran una asistencia perfecta a las misas en la iglesia.

No solo llevaba a sus hijas a entrenar a canchas públicas, sino que, según cuenta la leyenda instalada, llegó a pedirles a varios grupos de jóvenes que las insultaran desde fuera del alambrado. Quería anticipar lo que podrían vivir en un futuro en el circuito profesional de la WTA, dado que las tenistas negras sufrían constantemente del racismo del público.

Tras su retiro como tenista profesional en 1985, el estadounidense Rick Macci abrió su propia academia en Florida, por donde pasaron figuras como Andy Roddick, Jennifer Capriati y María Sharapova. Tras escuchar de dos niñas prodigios que asombraban al país, viajó en mayo de 1991 a Compton. Macci quedó impresionado con el nivel de ambas, en especial de Venus.

Por primera vez, Richard le confió sus hijas a un entrenador. Para que fueran sus alumnas, Macci tuvo que aceptar varias exigencias que Richard le hizo firmar: debía darle una casa en Florida, brindarle una escuela a sus hijas y darle acceso libre a que presenciara todas las prácticas.

“Él entendía los deportes y la obsesión era convertirlas en profesionales. Pero ¿sabes qué estaba por encima de todo? Que Richard era un padre increíble”, contó Macci años más tarde.

Por su parte, Richard, consciente de que sus críticos lo ven como un padre manipulador y exigente en exceso, se sinceró: “Ser mal entendido nunca me molestó, crecí toda mi vida de esa manera. No se trataba de pensar que podían tener éxito, era saber que lo tendrían”.

El plan que forjó en 1978, cuando sus hijas ni siquiera habían nacido, fue un éxito rotundo: Venus logró 49 campeonatos individuales de la WTA, incluyendo cinco Wimbledon y dos US Open, mientras que Serena ostenta 23 Grand Slam, marca récord de la “Era Abierta”. Entre ambas, consiguieron ocho medallas olímpicas y ganaron más de 100 millones de dólares en premios.

“Era importante para nosotros decir la verdad y la protección que mi papá tenía a mi alrededor, a mi hermana y a nuestra familia juntos… era mi papá. Era mi mamá, era nuestra familia”, expresó Serena tras el estreno de King Richard.

Y agregó: “Desafortunadamente, ingresar a un nuevo deporte donde es predominantemente, ya sabes, blanco y tener a mi padre como este personaje de villano, cuando simplemente no era cierto, solo tuve que lidiar con eso durante toda mi carrera, desde el día uno hasta el final, fue realmente importante para nosotros solo para decir la verdad”.

“Sabes, para ser un atleta, especialmente en un solo deporte, se necesita mucho trabajo y mucha dedicación. Y miro a mi hija y digo: ‘Vaya, no creo que pueda hacer lo que mi papá hizo todos los días’. Es mucho trabajo”, completó.

En tanto, Venus valoró a su padre en una entrevista de 2017 con The Times Magazine: “Definitivamente, él nos enseñó a ser independientes y emprendedoras. De chicas, nos preguntaba cosas como: ‘¿Por qué el rico se enriquece y el pobre es más pobre?’. Y nosotras teníamos que responder y no le podíamos decir ‘no lo sé’. Teníamos que pensar”.