Fue un final como hace rato no ofrecía la Fórmula 1. El choque de Latifi a falta de pocas vueltas generó el ingreso del safety car y eso le dio una vida extra a Max Verstappen, que estaba a varios segundos de distancia de Lewis HamiltonEn esa última maniobra, el inglés perdió el título y mucho más.

La bronca del británico se evidenció inmediatamente después de haber cruzado la línea de llegada. Sin quitarse el casco, se quedó dentro del auto unos minutos inmóvil, como descargando desde ahí el enojo y la desazón por no haber asegurado el campeonato que tenía entre sus manos.

Lógicamente que en un avezado deportista, acostumbrado a ganar, la decepción pasaba principalmente por no ser él el que festejó al final cuando durante toda la carrera fue quien se impuso a su rival. Pero es cierto que además de la emoción también había mucho dinero en juego que Hamilton no pudo llevar a su cuenta bancaria.

El británico percibe unos 49 millones de euros por temporada, según lo que firmó antes del comienzo de este campeonato con el equipo alemán, pero se lleva también un poco más en concepto de bonus, que compensa el hecho de que no exista ‘prize money’ en la Fórmula 1 por Gran Premio ganado. El dinero que reciben lo hacen a través de la relación contractual con su equipo, además de los patrocinios.

Unos cuatro millones de euros son los que Hamilton puso en juego  sobre la pista de Abu Dhabi. Un bonus que el inglés se ha llevado en seis de las últimas ocho temporadas y que sirve de impulso económico, siendo el mejor pago de largo del campeonato, pero que en esta oportunidad no consiguió ser determinante.