Concluyó el sexto fin de semana de Fórmula 1, que abre las puertas a la previa de una de las carreras más esperadas del calendario: el Gran Premio de Mónaco. Pero antes, en Barcelona, hubo más acción de la que se esperaba y la carrera dejó varios detalles a destacar.

El triunfo de Max Verstappen le permitió al neerlandés treparse a lo más alto del Campeonato de Pilotos y a Red Bull al de Constructores. Eso fue gracias a, en parte, al abandono de Charles Leclerc cuando liderada con comodidad la carrera.

El monegasco de Ferrari venía teniendo un excelente fin de semana con una pole position lograda tras una gran vuelta final en la qualy. En la largada no tuvo inconvenientes para mantener su posición y pudo administrar los neumáticos de buena manera, al punto que la diferencia con Verstappen era de varios segundos.

Pero en la mitad de la carrera, el motor colapsó y el disgusto del piloto no se disimuló ni en la radio del monoplaza, ni atendiendo a la prensa al hablar sobre lo ocurrido. Todo, encima, antes del Gran Premio en su país natal, en el cual no suele tener buena suerte. Es el mejor momento para revertirlo.

Pero que Max haya resultado ganador, no significa que el vigente campeón la haya pasado bien. De hecho, fue una carrera muy desgastante para el neerlandés, ya que tuvo inconvenientes toda la carrera (y en la qualy del sábado) con el DRS que no se activaba correctamente.

Un fallo en el sistema de apertura hizo que el alerón no se abriera en todas las vueltas, causando frustración en el piloto que perdió mucho tiempo tratando de superar al Mercedes de George Russell y no se guardó su enojo ante los comentarios de los ingenieros que trataban de hacer lo posible para encontrar soluciones. “El maldito DRS no funciona”, explicaba el piloto. Desde el box le indicaron que siguiera apretando el botón, a lo que Max estalló “¡Ya lo apreté cincuenta veces!

En Red Bull no tuvieron un día tranquilo a pesar de que Checo Pérez llegó en segundo lugar logrando un 1-2 muy valioso para el campeonato. Es que el mexicano venía con mejor ritmo ante los problemas de Verstappen y, una vez que superó a Russell (ya había pedido que le permitieran pasar a Max y pelear por la punta), se puso en primer lugar y se encaminaba a una victoria segura.

Pero desde el equipo le indicaron a Checo que Max había cambiado neumáticos y era más rápido, por lo que le dijeron, indirectamente, que dejara pasar a su compañero. “Me parece muy injusto, pero está bien”, respondió el piloto. Una vez terminada la carrera y tras el agradecimiento por radio del equipo y del mismo Verstappen, Pérez dejó en claro su postura. “Estoy feliz por el equipo, pero vamos a tener que hablar”, remarcando que no lo dejó nada contento la decisión de los jefes.

Por último, los que redondearon un buen fin de semana fueron los de Mercedes, que reafirmaron las mejoras en el rendimiento que habían insinuado en las prácticas y en la clasificación. Russell volvió a subirse al podio es el único piloto en acabar en quinto lugar o mejor en todas las carreras.

Lewis Hamilton, por su parte, demostró las cualidades del nuevo monoplaza ya que tuvo que remontar desde la última posición tras sufrir un toque con Kevin Magnussen en la primer curva y a puro esfuerzo trepó hasta el cuarto lugar. Finalmente un problema en el cálculo de combustible lo hizo disminuir el rendimiento y ceder el puesto a Carlos Sainz para terminar quinto.

Así, la escudería alemana su suma a los candidatos para protagonizar las carreras siguientes. Si bien aún están un poco lejos de Red Bull y Ferrari en cuanto a prestaciones, la curva ascendente que están mostrando, ilusiona a los fanáticos con ver a tres equipos pelear juntos de ahora en más