Fernando Alonso está yendo a un ritmo de utilizar un propulsor nuevo por cada Gran Premio disputado. La estadística juega en su contra, puesto que tan solo se permite el uso de tres motores diferentes en toda la temporada. Cuando el español monte el cuarto, penalizará. Y estamos hablando de la campaña más larga de la historia de la Fórmula 1: 23 carreras.

El bicampeón del mundo necesitará montar una nueva unidad de potencia en Melbourne. Alpine ha hecho los deberes, pero Renault aún está en proceso de evaluación. El rendimiento y la potencia existe, aunque no tanto la fiabilidad en estos primeros compases de la temporada.

En Viry están convencidos de que estos fallos iniciales irán desapareciendo: “Se trata de un problema de juventud con las nuevas piezas”, explicó Laurent Rossi: “Las estamos probando por primera vez y no hemos tenido tiempo de validarlas todas, al igual que les ocurre a todos los equipos. La ventaja es que no es estructural. No debemos cuestionar el motor, tampoco su diseño ni su arquitectura, porque hace lo que se espera de él”, añadió en declaraciones a la prensa francesa.

Tras finalizar el Gran Premio, a la formación gala le tocó analizar las causas del abandono de Fernando en Jeddah, cuando el asturiano se disponía a cosechar una cantidad importante de puntos. Por fortuna, el equipo halló el motivo de la retirada: “Hemos identificado el problema. No fue el motor, sino la bomba de agua, que estaba defectuosa. Esto provocó una falta de refrigeración que supuso una cascada de eventos: el motor se calentó, después el aceite… Y las preocupaciones crecieron”, admitió el director ejecutivo de Alpine.

Sí, la estructura francesa localizó el problema, lo cual es positivo. En cambio, la parte negativa es obvia: la pérdida de puntos y la obligatoriedad de cumplir una sanción en parrilla en el caso de montar una cuarta unidad. De momento instalarán la tercera en el A522 de Alonso en Albert Park