Sin duda alguna, México es uno de los países más pasionales del mundo, donde el fútbol es moneda corriente en cada rincón del territorio. Por lo tanto, llegar a ser uno de los jugadores más queridos, no solo de uno de los equipos más populares, sino también por lo hecho en la selección, tiene su mérito. Como así también perder ese status.

Cuauhtémoc Blanco comenzó a jugar fútbol a muy temprana edad y fue descubierto inmediatamente por reclutadores del Club América, uno de los clubes más grandes de México, que terminaría siendo su segunda casa. Tras debutar en 1992, la falta de oportunidades en la delantera hizo que buscara sitio en Necaxa para la temporada 1997.

Allí, con regularidad y retrasándose a la posición de mediocampista ofensivo, mostraría su talento que lo llevaría a ser subcampeón del torneo y a la selección nacional. América no dudó en traerlo de vuelta y Blanco viviría una de sus mejores etapas como jugador de las Águilas. 64 goles en 88 partidos entre 1998 y 2000 le valieron tener su primera experiencia en Europa, precisamente en el Real Valladolid de España.

Pero su lugar era México, allí estaba su gente y allí es donde sería uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol nacional. Tras dos temporadas, regresó a América donde estuvo hasta 2007 con un breve paso por Veracruz en 2004. Luego inició un periplo por Chicago Fire de la MLS y Santos Laguna; y luego bajó a Segunda División para jugar nuevamente en Veracruz, Irapuato, Dorados de Sinaloa, Lobos; y regresaría a la Primera División para jugar en Puebla con 41 años. Finalmente, en 2016 regresa a América para jugar su último partido como profesional.

Atrás dejó una carrera de 697 partidos con 234 goles. Pero lo más importante fue su aporte a la selección, con la que disputó los Mundiales de Francia 1998, Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010. Este último fue ya como veterano y jugando en la segunda categoría, pero fue convocado por su popularidad y el innegable talento que aún mostraba. En todos convirtió goles y accedió a los octavos de final, instancia que no pudo pasar.

Pero la leyenda de Cuauhtémoc Blanco tomó otros rumbos al meterse en la política, rubro al que muchos deportistas acceden aprovechando su fama y su carisma. Para las elecciones de 2015 se postuló como diputado de Morelos cargo que obtuvo con casi el 30% de los votos. Tres años después, fue electo gobernador con más del cincuenta por ciento del escrutinio.

Pero su gestión no tuvo la misma imagen que en su carrera futbolística. A mediados del mes de septiembre de 2021, el ex futbolista y ahora político mexicano fue denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción del estado por supuestamente ocultar el origen, la propiedad y el destino de recursos millonarios junto con dos familiares y otros trabajadores.

La acusación señala movimientos financieros realizados entre 2016 y 2018, lapso en el que Cuauhtémoc Blanco desempeñó el cargo de presidente municipal de Cuernavaca, capital de Morelos, estado que empezó a gobernar a partir de 2018.

La red de lavado de dinero y las cuentas millonarias a las que se ha vinculado al exfutbolista, fueron detectadas en 2020 por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Fiscalía General de la República (FGR).

Esta acusación de enriquecimiento ilícito manchó su imagen de ídolo popular por lo hecho dentro del terreno de juego y pone en duda su reputación si se confirma su culpabilidad en el caso de corrupción. De jugar tres mundiales con México y ser uno de los jugadores más queridos de su país, a ser señalado como un político de baja reputación por fraude.