“Retrogamers”, “classic gamers”, “old school gamers” son los nombres más frecuentes con que se les llama a los jugadores de títulos clásicos, muchos de los cuales también son coleccionistas, y que se han vuelto casi un culto a lo vintage del rubro gamer. Cada vez son más los que quieren retroceder el tiempo y añoran las consolas y títulos antiguos.

Sobre el coleccionismo actual, es sencillo entender por qué empezó hace un tiempo, y es por el precio: antes el costo de tecnología vieja, como un videojuego, era ínfimo, porque no solo no estaba de moda, sino que se consideraba descartable por las nuevas consolas que estaban llegando, mucho más avanzadas en gráficos y jugabilidad. Como es entendible, ahora es algo caro porque es tendencia y por la escasez.

En ese sentido, están quienes atesoran los objetos y aquellos que disfrutan de los juegos como si de un viaje en el tiempo se tratara. “Si yo compro un juego y me viene sellado, no me importa, lo abro y lo uso. No lo tengo de adorno como pueden llegar a hacer muchos coleccionistas, que es respetable porque es su objetivo de colección; en cambio, mi objetivo es poder tener todas las consolas que tuve durante toda mi vida desde que era chico”, comenta Federico Albornoz, uno de los más grandes coleccionistas de Latinoamérica.

“De chico tuve una Atari 2600. Esa consola era de mi papa, él la tenía con cartuchos con varios juegos y generalmente los fines de semana, después de ver la carrera o el partido, él armaba la consola en la tele y jugábamos mucho a un juego de boxeo que creo que se llamaba Boxing. Tenías dos boxeadores, uno blanco y uno negro, y un botón para piña izquierda y otro para la derecha. Nos divertíamos un montón, creo que en ese momento yo tendría entre cuatro y cinco años“, recuerda.

Hoy en día, el mundo gamer está más aceptado entre los jóvenes. Con la llegada del streaming, los youtubers y los eSports, los fanáticos de videojuegos son muy populares. Pero antes no era así. “En ese entonces eras un nerd, cargaban, te trataban mal. No eras gamer, como nos dicen hoy en día, eras un vicioso. Me juntaba con mis amigos los fines de semana para jugar, pero nos marginaban. Lo que hoy se llama bullying. Ahora eso cambió y los ­chicos dicen: Soy gamer. ¡Pero son gamers y juegan un juego solo! Yo juego a todos los que tengo”