Cada 29 de agosto, desde 2008, se festeja el Día del Gamer. Se trata de una efeméride impulsada en aquel momento por algunos medios especializados que escogieron un día del calendario para dar cuenta de la importancia que tenía ese universo digital. Desde entonces esa relevancia ha ido in crescendo y hoy se ha convertido en una verdadera revolución virtual.

El crecimiento del mercado en los últimos años, en parte debido al período de aislamiento por la pandemia, y la aparición de nuevas tecnologías y opciones de juego, demostraron que la industria de los videojuegos no para de avanzar y no deja de sumar adeptos y participantes.

A partir de 1980, el mundo de los videojuegos se convirtió en un espacio de visionarios y visionarias que lograron anteponerse a sus economías catalogadas como periféricas y a una invisibilización generalizada de las posibilidades digitales.

Hoy los videojuegos se han convertido en un fenómeno social y económico. Se estima que se llegará a los 3090 millones de jugadores a fines de este año. Los expertos aseguran que el consumo de videojuegos móvil llegará a representar el 45% del mercado, seguido por las consolas (29%), los juegos de PC y las descargas online (19%).

“Estamos ante una nueva revolución del entretenimiento, en la que los videojuegos empiezan a desplazar a las redes sociales e incluso utilizan a productos aún jóvenes del mercado (como el VOD o el streaming) como un complemento para sumar fortalezas. Es una industria que crece y suma gamers, ya casi sin distinción de género o edad”, comenta Mariana Toledo, directora de Estrategia y Soluciones Digitales para América Latina en Yahoo.

Además, hoy se suma un nuevo espacio en los videojuegos y son los NFT. Básicamente son videojuegos donde los gamers reciben recompensas virtuales que tienen un valor en el mundo real. Estos premios suelen ser tokens no fungibles –NFT– o criptomonedas, que luego pueden cambiarse o venderse a otros jugadores, en mercados on line o en exchanges, plataformas que operan y comercian criptodivisas.

Esta nueva vertiente nace al conectar los distintos activos digitales de un juego a la blockchain. Cualquier activo que podemos encontrar dentro del juego como un arma o un skin se puede acuñar como un token no fungible -NFT- que puede ser conservado y transferido. Esto también crea la posibilidad de armar un sistema económico dentro de cada juego.