En teoría es una quimera, pues Tony la Russa no será despedido como manager de los Medias Blancas de Chicago; simplemente hablamos de uno de los tótems sagrados del béisbol y ni el mismo Rick Hahn se atrevería a pensarlo; la idea es matar o morir con la Russa.

Hay una realidad que se impone, los del South Side no han encontrado su mejor forma en este comienzo de 2022; muy inestables, bateando muy poco y en muchas ocasiones carentes de motivación.

Y pudiera parecer normal y lo es, apenas pasamos los 30 partidos, pero ya mayo esta cerrando y no es un secreto que los meses de verano pasan a la velocidad de la luz y en abrir y cerrar de ojos, septiembre está tocando a las puertas.

No es un equipo cualquiera

Hablamos de los Medias Blancas de Chicago, ahora mismo uno de los equipos mejor armados en todo el béisbol, con talento desbordado para estar jugando siquiera un poquito mejor.

José Abreu, Tim Anderson, Yoan Moncada, Luis Robert Moiran; Lucas Giolito, Dallas Keuchel, Dylan Cease; una constelación de jugadores estelares y la idea, aunque loca se impone, pues el viejo Tony ha hecho de las suyas en varias oportunidades; malas alineaciones, decisiones estratégicas cuestionables y una pésima gestión del pitcheo, por solo mencionar algunos de los elementos a tener en cuenta.

Ni las sombras

En este punto, se impone un criterio, la Russa ha sido uno de los grandes, pero de eso no puede vivir, incluso en este minuto y no por el Chicago Tribune o por la NBC, no, es por el juego diario y la polémica constante; ahora mismo Tony la Russa no es ni la sombra de lo que fue con Atléticos de Oakland y Cardenales de San Luis.

Hay momentos en los que la leyenda parece estar mas puesto para lo que dice la prensa y los medios que para el mismo juego y la afición se prende con razón.

Para muchos, no solo en la ciudad de los vientos, la gerencia debería despedir a la Russa o el sueño de otra Serie Mundial podrían demorar diecisiete años más.

Se habla incluso de varios candidatos, pero por ahora, nos centraremos en tres de ellos, tal vez los de más fuerza:

AJ Pierzynski

Los receptores, por su naturaleza, son lideres naturales y el caso AJ no es la excepción, además es uno de los símbolos de los Medias Blancas y de aquella generación ganadora en 2005.

Tiene el carisma y la personalidad para aglutinar al grupo, sabe lo que es ganar y la afición lo quiere.

Bruce Bochy

A simple vista, pudiera resultar algo similar a la Russa, pero no, Bochy solo lleva tres años fuera, se retiro en 2019 dejando un legado admirable con los Gigantes de San Francisco al obtener el anillo en tres oportunidades, 2010,2012 y 2014.

Bochy desde sus años con los Padres de San Diego allá a finales de los 90, es de esos tipos que siempre le saca el extra a sus jugadores y si estos tienen talentos los lleva al mejor nivel posible.

Además, el juego de Bochy es muy dinámica, no aburre, algo en lo que ha caído la Russa con su metodología.

Ozzie Guillén

Se trata de un viejo conocido, quizás el último gran jerarca de los deportes en Chicago, que ahora mismo no anda en buenos términos con la gerencia y el equipo mismo, pero tiene un plus importante a su favor, fue el hombre del anillo en 2005.

Guillén resaltó por tomar siempre decisiones acertadas, sabía lo que hacer en el momento justo y tal parecía que adivinaba los acontecimientos en el campo de juego.

Podría haber otros, el mismo Paul Konerko que es de los símbolos sagrados de la franquicia, pero las soluciones podrían estar por aquí, como quiera, volviendo al punto inicial, la Russa no debe ser despedido en este tramo de temporada, a lo mejor al terminar si, todo termine, pero ahora no, igual más allá de la especulación, ponemos una idea muy válida sobre la mesa.