Si vieras una tarjeta de alineación de los Medias Blancas que tenía a Josh Harrison bateando primero, Adam Haseley segundo y Leury García tercero, probablemente supondrías que el otro equipo no tendría problemas para mantenerlos bajo control.

Eso es exactamente lo que sucedió la tarde de ayer. Con cinco regulares sentados, Triston McKenzie y cuatro relevistas de Cleveland limitaron a los Medias Blancas a una carrera y tres hits. El problema de control habitual de McKenzie agregó cuatro bases por bolas y un hit, pero ahí es donde entró en juego la naturaleza superficial de la alineación.

Es comprensible por qué el coach de 3ra Joe McEwing envió a Adam Engel en un intento de anotar desde primera como el último corredor en el doble de Danny Mendick.. No fue un buen envío, en el sentido de que Steven Kwan hizo out a Engel en el home plate, pero el pensamiento de McEwing estuvo justificado cuando Harrison y Haseley se poncharon en siete lanzamientos entre ellos, incluidos cuatro intentos.

Los White Sox dieron descanso a 4 de sus titulares por una doble cartelera y estaba justificado el trio inicial en el lineup de los de Chicago. Sin embargo, parte de la ecuación se volvió un invento motivado por otro más de los caprichos de Tony LaRussa.

El miembro del salon de la fama colocó nueva vez a Leury García como tercer bate a pesar de la presencia de algunos de sus mejores bateadores como José Abreu, Yasmani Grandal y Eloy Jiménez. 

La filosofía analítica que predomina en el beisbol apunta a que tus mejores bateadores deben estar más arriba en el lineup para que vean una mayor cantidad de apariciones al plato, filosofía en la cual LaRussa claramente muestra no creer.

Leury García puede ser el peor tercer bate de la historia. Ingresó hoy con un OPS de carrera de .660 en 2,114 PA y un BA de .077 en 27 AB en 2022. No hay otro tercer bate en los últimos 40 años que ingrese a un juego con un OPS de carrera inferior a .700 (en 1000+ PA) y un BA de temporada inferior a .100 (en 20+ AB).