Aroldis Chapman no es Gregorio Samsa, no, eso es real y Chapman seguro que no conoce a Frank Kafka ni le interese conocerlo, pero hay una realidad, el antillano está viviendo una metamorfosis total con los Yankees de Nueva York, quizás por el paso de los años, tal vez por la presión de la gente o simplemente porque ya no puede más, como sea el caparazón sigue creciendo y la carga luce inmensa, tal como sucedía en el cuento del genio austriaco.

Más allá de Kafka y de Samsa, mirando los hechos, nos percatamos de la cruda realidad y es peor…

Y no fue el mejor regreso, no, con ventaja, con 8 carera de ventajas y no pudo sacar outs, tal parecía que estaba empezando a lanzar, como en aquellos años en Cuba, cuando jugaba para los Cachorros de Holguín en la Serie Nacional y soltaba esas bolas de fuego que espantaba a todos, pero daba pocos strikes, así de regado lució Aroldis Chapman el día ayer y no es un buen augurio.

Los hechos

Diecinueve lanzamientos y solo 7 strikes y estaba sólido, había lanzado bien en doble a con los Patriots, todo apuntaba a un buen regreso e incluso Aaron Boone buscó manejarlo sin presión, sacándolo en un contexto favorable para él pero no funcionó.

Había pasado más de un mes, desde que Chapman saliera por una lesión en el tendón de Aquiles y en este lapso de tiempo, el panorama ah cambiado por completo, con Clay Holmes establecido en la parte de atrás, además del buen trabajo de Michael King y Wandy Peralta, que no han dejado ver las ausencias de Chapman y de Jonathan Loáisiga.

Y después de ayer, sus números lo hacen irreconocible, 13 boletos en 14 tramos, un promedio de limpias de 5,14, un whip de 1,86 y lo peor, es esa sensación que deja en el ambiente de que no se encuentra, de no estar incluso cómodo, de no ser Chapman no, quizás el peor alter ego de Chapman, uno cualquiera que anda por ahí intentado marcar la pauta y los hechos bifurcan una realidad complicada y un futuro lejos del Bronx.

Momentos

Hay momentos en que Aroldis Chapman parece estar más para lo que digan la gente, para acallar bocas como dice él que para el juego en si y esto le puede estar pasando factura, además que el peso de la franela a rayas juega su papel añadido también hasta situarnos en una especie de limbo, en el que no sabemos lo que vendrá, con cual versión aparecerá el cubano y eso en Nueva York, en los Yankees, es out, seguro, un ponche cantado, sin tirarle.

Lo peor y es el mejor lienzo para ilustrar el año de Chapman es que en los primeros 12 juegos de la temporada fue una cosa, el mejor Chapman, su versión plus, pero después como si de un espejismo se tratara, despareció como si nada y en sus últimas salidas siempre permitió anotaciones.

Pero Aaron Boone y Matt Blake quieren esperar, confían en que el momento volverá a llegar- “… todo es cuestión de que se logre acomodar, que encuentre su forma…”- sentenció al timonel a los medios, tal como refiere el New York Post.

Como sea hay incertidumbre y la confianza en un contexto así, no lo es todo, puede ser incluso una baza de espadas que defina todo de la peor manera… con Chapman saliendo por la puerta de atrás del Yankee Stadium, habría que ver.