Pocas cosas hay mejores en el béisbol que ver enfrentarse a los veteranos contra los jóvenes. Es la lucha de la sapiencia contra el entusiasmo, las horas de vivencias acumuladas contra las ganas de comerse el mundo. Eso fue justo lo que sucedió hoy en el duelo entre los Marineros de Seattle y los Mets de Nueva York, en el cual Julio Rodríguez, el novato sensación de la tropa de mar confrontó su defensa contra el poder ofensivo del consagrado boricua Francisco Lindor.

Más allá del deporte de las bolas y los strikes, uno podría pasarse la vida preguntándose qué tienen en común estos dos jugadores. No coinciden ni en posición, ni en nacionalidad, ni en status ni muchísimo menos en salario, donde los 27 millones de dólares por año del puertorriqueño supera ampliamente los 700 mil que cobra el novato de Quisqueya.

Sin embargo, sus caminos se cruzaron y para sorpresa de todos quien salió con la mano alzada fue el chico de apenas 21 años de edad.

Le robó un imparable

Corría la parte baja de la primera entrada en el Citi Field cuando sin outs en la pizarra y compañeros en segunda y tercera base llegó el turno al bate de Francisco Lindor. En cuenta de 2 malas y ninguna buena el de Caguas sacó un batazo sólido hacia el jardín central que parecía ser un indiscutible, pero ahí estaba Julio Rodríguez.

Con una gran zambullida de frente logró hacerse con la esférica antes de que esta tocara el suelo. Sí, el hombre de la antesala anotó vía pisa y corre, pero la acción del novel baluarte de Seattle fue digna de enmarcar.

Aseguró el triunfo

Lo más curioso de la atrapada del chico de los Mariners es que al final del cotejo, los suyos terminaron venciendo por estrecha pizarra de 2×1, lo que hace pensar de manera indirecta, su intervención evitó que los locales registraran alguna carrera más que hubiera comprometido las opciones de su equipo.