Cuando Juan Soto llegó a San Diego desde los Nacionales de Washington, en unos de los cambios más sonados de los últimos tiempos, fue todo fue una gran expectativa.

Sobre todo, por lo que representaría para los Padres, que necesitaban con urgencia ayuda a la ofensiva, ya que, sí, estaban compitiendo en un puesto para los playoffs, era más por su picheo, pues a excepción de Manny Machado, la ofensiva era una de las últimas en varias de las estadísticas principales como, slugging y jonrones.

San Diego, que no contaba con los servicios del dominicano Fernando Tatis por la lesión que sufriera en un accidente de motocicleta, soñaban que con la llegada de Soto y la eventual participación de Tatis, que ya comenzaba a practicar, no tendrían problemas para llegar a la postemporada y competir por un campeonato.

Pero a veces las cosas no salen como se tienen planeada, pues sucedió lo de Tatis y su suspensión por esteroides, y lo más inesperado: la baja a la ofensiva de la superestrella dominicana Soto.

Antes del cambio, Soto había puesto números de .246/.408/.485, con 21 jonrones en 106 partidos con los Nacionales de Washington, mientras con San Diego, los números no han sido nada alentadores, con un promedio de .236/.388/.390, con seis jonrones en 52 juegos.

Con la postemporada a punto de comenzar, los fanáticos de los Padres, esperan que Soto pueda demostrar porque San Diego se desprendió de sus principales prospectos para conseguir sus servicios.

Le preguntaron a Soto después de que los Padres aseguraron un puesto para la postemporada sobre si sentiría presión para producir:

“Es el gran escenario”, dijo Soto. “Todo el mundo quiere el gran escenario. Soy un tipo que: quiero estar allí. Quiero tener el bate en los grandes momentos. Si fallo o no, quiero ser el tipo allí arriba y simplemente disfrutar ese momento”.

Realmente, de eso se trataba la adquisición de Soto antes de la fecha límite de canjes de los Padres; de conseguir un jugador con la experiencia de postemporada y con la sangre fría de producir en los momentos más apremiantes del juego contra los mejores lanzadores del negocio.

En 2019, ayudó a llevar a los Nacionales a la primera Serie Mundial de la franquicia gracias a una de las postemporadas individuales más notables en la memoria reciente, bateando a nivel general .277/373/554, con cinco jonrones, 14 remolcadas, incluyendo .333/.438/.741, con 3 cuadrangulares contra los Astros de Houston en la Serie Mundial, siendo esta una de las mejores actuaciones para un joven que contaba con apenas 20 años de edad.

Soto ha comenzado a calentarse últimamente, registrando una línea de corte de .309/.424/.545 desde el 18 de septiembre. Si escribe algo parecido a su desempeño de octubre de 2019, esos números de agosto se olvidarán rápidamente.

La alta gerencia de los Padres, saben bien que la adquisición de Soto fue para producir en la postemporada, el momento ha llegado, es SOTO TIME.