En la noche de ayer los Yankees de Nueva York escribieron otro capítulo alegre en la larguísima historia de rivalidad que sostienen contra los Medias Rojas de Boston desde tiempos inmemoriales. Les derrotaron por pizarra de 3×2 en el Fenway Park y afianzaron su liderato en la División Este de la Liga Americana, lo que los acerca cada vez más a la consecución de banderín de dicha zona. Sin embargo, la gran luminaria de la noche no fue el conjunto como tal sino un hombre en específico.
Estamos hablando del campocorto Isiah Kiner-Falefa, toletero criticado por algunos pero que poco a poco se ha ganado el cariño de otros y que seguramente después de lo de ayer tiene hoy menos detractores. El ex de los Rangers de Texas fue el impulsor de las 3 rayitas de los Mulos del Bronx pero no solo eso, también logró conectar su primer cuadrangular con el uniforme a rayas, algo que parecía que no conseguiría en esta fase regular.
Finalmente después de unos largos 103 juegos y 351 turnos al bate, el oriundo de Honolulu, Hawái, pudo pegar el tan añorado y esperado batazo de cuatro esquinas.
Les devolvió la vida
Cuando parecía que los Bombarderos no le encontraban la vuelta al compromiso y caían por marcador de 2×0, apareció Kiner-Falefa para desaparecer la bola por encima del monstruo verde e igualar las acciones con un jonrón productor de 2 rayitas.
Cuando llegó a la cueva, el beisbolista de 27 años recibió una broma bastante curiosa por parte de sus compañeros. Todos se quedaron en silencio y lo ignoraron, solo para reírse un rato más tarde y correr a abrazarlo y felicitarlo.
Ganó el juego
Más tarde, con compañeros corriendo en las esquinas y 1 out en la pizarra, Isiah fue el protagonista al realizar un maravilloso toque de bola sorpresa que dejó sin opciones a los fildeadores de los Red Sox y llevó a la registradora la carrera del gane.
Trueque con un fan
Como era de esperarse, el parador en corto quería coleccionar la bola con la que conectó su primer vuelacercas como yankee, así que llegó a un curioso acuerdo con el espectador que atrapó la misma. Kiner-Falefa tuvo que entregarle una pelota firmada por Aaron Judge para que este accediera a entregarle el souvenir. Raro, pero cierto. La firma de Judge fue el valor que se pagó por el recuerdo de Isiah.