Los Yankees de Nueva York dominaron a placer la División Este de la Liga Americana durante la temporada 2022 de las Grandes Ligas basándose en sus principales figuras. Hombres como Aaron Judge, Gerrit Cole, Néstor Cortés y Giancarlo Stanton fueron solo algunos de los baluartes que hicieron posible que los Bombarderos volvieran a la palestra del béisbol mundial luego de varios años de capa caída.

Sin embargo, es de entender que no siempre ellos podrán sostener a su escuadra, y para eso parece que ya hay solución, o al menos una entre tantas posibles. Los Mulos del Bronx cuentan con un jugador que nadie tenía en cuenta, pero que ahora que ha aparecido, nadie duda de que tenía que llegar alguien como él desde hace mucho tiempo.

Estamos hablando del jardinero Harrison Bader, ex de los Cardenales de San Luis que llegó al cuadro de la Gran Manzana en el día límite de la fecha de cambios en un canje que envió al lanzador Jordan Montgomery a la novena de Misuri, y que desde que se puso la tela a rayas no ha hecho más que rendir en gran manera.

Tuvo mucha paciencia

Aunque su oportunidad en la Gran Carpa tardó en llegar, una vez que le fue dada la aprovechó al máximo. Después de ese 2 de agosto en el que fue enviado a Nueva York, Bader tuvo que aguardar hasta el 20 de septiembre para poder ver acción en el Big Show.

Aun así, estuvo desempeñándose en la categoría doble A mientras el momento llegaba. Ahí puso una línea ofensiva de .286/.348/.524, acompañada de 1 jonrón, 2 dobletes, 4 carreras impulsadas e igual número de anotadas.

Asimismo, exhibió un recurso que ya había convertido en su sello por excelencia en el béisbol del máximo nivel, su magistral defensa, misma que le valió el premio Guante de Oro en la Liga Nacional al término del curso pasado.

Era el que hacía falta

Con el dubitativo desenvolvimiento de Aaron Hicks, los Yankees siempre tuvieron una mancha que a pesar de ser camuflada por su imponente desempeño ofensivo, jamás se marchó. Sin embargo, la adición de Harrison dotó a la novena neoyorquina de una pieza capaz de solventar de una vez por todas dicha debilidad.

En primer lugar, la defensa del recién llegado es mejor que la de Hicks y por otra parte, su bateo está resultando mucho más oportuno.

Una prueba fidedigna de esto que acabamos de remarcar es el juego 1 de la Serie Divisional entre los Bombarderos y los Guardianes de Cleveland, específicamente lo que ocurrió en el tercer capítulo.

En la parte alta, realizó una providencial intervención en el jardín central ante un batazo de José Ramírez para evitar el avance hasta la goma del corredor en circulación.

Luego, en el cierre del episodio, pegó jonrón solitario para igualar las acciones y encender una mecha que más tarde se consumiría por completo gracias a los batazos de José Treviño (fly de sacrificio) y Anthony Rizzo (cuadrangular de 2 carreras), los cuales sirvieron para dar la victoria a los locales por pizarra de 4×1.

Ciertamente, nadie contaba con el aporte de Harrison Bader en el Bronx, pero ahora que lo tienen es seguro que no querrán prescindir de él.