Las nuevas firmas que se dieron antes del 1 de diciembre no se podrán colocar el uniforme de sus equipos al menos hasta ahora. Las Grandes Ligas de Béisbol están pasando por unas de sus peores crisis en esta era debido al cierre patronal y por lo tanto lanzadores y receptores no se presentaron a los campos de entrenamientos como estaba pautado para este miércoles 16 de febrero.

Debido al cierre patronal ningún pelotero del roster de 40 de cada una de las 30 organizaciones de las Grandes Ligas no podrán entrenar ni estar en los planes de reacondicionamiento físico dentro de las instalaciones de los clubes.

Hay algo que destacar que los jugadores de las Ligas Menores sí podrán usar cada una de sus instalaciones, mientras que no estén vinculados con las nóminas de sus equipos grandes.

Evidentemente, este cierre patronal ya inició con los problemas económicos a las personas que se beneficiaban de la pelota de manera directa e indirecta. Los canales de televisión no tendrán más remedios que aguantar sus coberturas y las personas que trabajan dentro de los recintos deben suprimir sus ganas de vender sus mercancías a los fanáticos de la pelota.

Sin embargo, las Grandes Ligas de Béisbol a través de su comisionado Rob Manfred emitió la semana pasada unas declaraciones en la que  quizá fue uno de los acercamientos más importes de su despacho para que haya pelota.

Ninguna de las partes ha emitido declaraciones públicas en lo que va de la semana para reconocer lo obvio: La pretemporada no comenzará a tiempo. La última vez que ello había ocurrido fue en 1995.

El paro patronal cumplirá este miércoles 16 de febrero 77 días, y tanto los peloteros como las directivas mantienen sus diferencias sobre cómo compartir el dinero en una industria que genera 10.000 millones de dólares al año, siendo esta la tercera industria de entretenimiento más grande de los Estados Unidos luego del cine y la NFL que por cierto terminó el pasado domingo 13 con la victoria de los Rams sobre los Bengals.

Hasta ahora lo único que se habla en el seno del mejor béisbol del mundo es sobre negocios. Que le conviene o no a los dueños y también si los jugadores están pidiendo más de lo justificado por ellos dentro de los terrenos de juegos.

Los lanzadores y los receptores no se presentarán en los campamentos como estaba programado, pero las Grandes Ligas no prevén anunciar una afectación en la pretemporada sino hasta que no puedan realizarse los juegos del 26 de febrero.

Uno de los problemas y como parece ser que sucederá es que la zafra de 2022 no iniciará a tiempo debido a la manera como se ha expresado Tony Clark con los jugadores dominicanos en la que comentó que “llegarán a donde tengan que hacerlo para que haya justicia”

“Estoy optimista y creo que tendremos un acuerdo a tiempo para jugar nuestro calendario regular”, confió el comisionado de las mayores Rob Manfred el jueves 10 de febrero, en una conferencia de prensa. “Veo que si nos perdemos juegos, ello sería desastroso para la industria, y siempre estamos comprometidos para llegar a un acuerdo en un esfuerzo por evitar eso”.

Sin embargo, aquella comunicación que tuvo Manfred con la prensa no estuvo muy bien vista para el director de comunicaciones de la MLB quién habría pedido cordura con sus declaraciones y comunicación de acuerdo a rumores.

Aquéllos fueron los primeros comentarios de Manfred a la prensa desde el 2 de diciembre, el día en que comenzó el noveno paro de labores en el béisbol el primero desde 1995.

El ritmo de las negociaciones ha sido incluso más lento que el de algunos juegos como curiosamente, Manfred ha querido acelerar.

Ha habido sólo unas cinco sesiones de negociación sobre temas económicos torales desde el comienzo del paro: una videoconferencia el 13 de enero, seguida por encuentros presenciales el 24 y el 25, así como el 1 y 12 de febrero.

El relevista Andrew Miller ha sido el único pelotero que ha asistido en persona y el director general de los Rockies, Dick Montfort ha sido el único dueño que ha hecho lo propio.

¿Qué piden los jugadores?

Los peloteros han exigido cambios significativos, disgustados ante el hecho de que las nóminas totalizaron 4.050 millones de dólares el año pasado, un descenso del 4.6% respecto de su récord de poco menos de 4.250 millones en 2017, el primer año del contrato colectivo que expiró recién.

El sindicato ha exigido que la capacidad de buscar el arbitraje salarial se expanda a dos años de servicio en las mayores, el nivel que tuvo de 1974 al 86. Ha propuesto un decremento en la compartición de los ingresos y quiere nuevos métodos para que a los peloteros jóvenes se les cuente un tiempo adicional de servicio de acuerdo a un resumen de la agencia AP.

La organización gremial considera que esa última medida atendería su queja de que los equipos manipulan el tiempo de servicio de los jugadores que han visto jugadores involucrado de la talla de Gleyber Torres con los Yankees de Nueva York o Kris Bryant con los Cachorros de Chicago a los que hizo campeón luego de más de 100 años.

Los dirigentes han señalado que no considerarán reducciones en la compartición de ingresos ni una expansión del derecho al arbitraje. Ambos bandos están muy distanciados en materia de salarios mínimos, el monto del dinero a repartir como bonificaciones para los jóvenes astros así como los topes y cuotas del llamado “impuesto al lujo”.