“… Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa…” expresa el célebre Walt Whitman en un fragmento de su poema, No te detengas y Albert Pujols se pudo haber detenido hace uno o dos o cinco años incluso, y su obra era inmensa, lo hubiera sido igual, pero no, sabía que debía volver y volvió…

Once años después de aquella despedida en 2011, tras una década de jonrones, de récords, de anillos de Serie Mundial, once años después de aquella triste despedida, Albert Pujols volvió a Busch Stadium, no quería ni pensaba en números, ni en marcas, menos en 700 jonrones, ya era Albert Pujols, solo quería volver y terminar allí, donde un día empezó todo.

Un cuadro surrealista

Al mirar la historia de Pujols en perspectiva, la de noche, la de hace un mes, la de veinte años atrás, cierto toque surrealista se impone y pienso en Dalí, en Salvador Dalí, en La persistencia de la memoria y la memoria, precisamente la memoria para evocar todo lo que le ha dado el mítico Albert Pujols al béisbol y al deporte.

Nadie, ni el propio Pujols pensaba en los 700 jonrones, menos en entrar a un club selecto, un club de dos, Pujols y Hank Aaron, los únicos en casi 150 años de historia en Grandes Ligas, los únicos con 700 jonrones y 3000 o más hits.

No se detuvo

Hace un año, Pujols pudo terminar su carrera en Dodger Stadium, vistiendo la franela de los Dodgers de los Ángeles, hoy, allí, en el mismo lugar, logró lo que parecía imposible y se dice fácil…700 jonrones pero quizás sea el momento más épico del béisbol en este siglo.

Todos aplaudían en el estadio, todos de pie, Mookie Betts estaba atónito, no paraba de aplaudir, el propio Dave Roberts no dejaba de mirar asombrado, la gente no creía todavía lo que pasaba y hasta podía dar la idea de un sueño, fueron dos batazos, 699 y 700, pero podían ser más, uno, dos, tres más, era su noche, la noche de Albert Pujols.

“… No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas…” cierra el poema Whitman y Pujols no lo permitió y otra vez la idea de la perspectiva surrealista emerge, un hombre de 42 años siendo tan grande como el primer día, hablaron de 13 jonrones, pasó los 20 y algunos hablan que reencarnó en aquel Pujols de 2011, 2005 o 2006, pero yo no, prefiero verlo como ese que nunca se detuvo a pesar de que el viento le soplaba en contra… ¡ Qué grande eres Albert Pujols!