Luego de permitir 6 carreras limpias entre el 11 y el 22 de mayo, en solo diez días, Aroldis Chapman definió su futuro con los Yankees de Nueva York.

Las cosas habían empezado bien, con el cubano recuperando incluso algunas millas en su bola rápida y ese primer mes, hasta comienzos de mayo incluso, Chapman estuvo intratable, pues no permitió libertades en 10,1 entradas de labor, tal como refiere MLB.com, salvando 7 juegos en 12 salidas y todos soñaban con que el criollo se volvería a afianzar como el cerrador de los Mulos.

Pero en esos diez días, como aquellos diez días que estremecieron al mundo, tal como lo contó John Reed, en esos diez días, Chapman sufrió una metamorfosis total.

La transformación

Tras salir lesionado a finales de mayo, perdió su puesto de cerrador con Clay Holmes y al volver no era la sombra de aquel lanzador imponente de abril.

Al volver a la acción, en 19 juegos registró una efectividad de 5,40, con 12 boletos y 10 carreras limpias permitidas, siempre dejando más dudas que certezas.

Ya desde entonces, a comienzos de agosto, se comenzó a especular que el antillano podría quedar fuera y de la lista de postemporada y sucedió, se veía venir, era la crónica de una muerte anunciada, el canto de cisne de un hombre que cinco años antes había llegado al Bronx a triunfar, después de jugar un rol determinante en aquella Serie Mundial de 2016 con los Cachorros de Chicago.

El final  

Chapman se irá de los Yankees, quizás, sin despedirse, a la francesa, lo hace después de un año de pesadilla, donde lanzó para casi 5 de efectividad.

Chapman se va y en el recuerdo quedan aquellos jonrones, en 2017, 2019 y 2020, pero también el hecho de terminar como el tercer mejor cerrador en la historia de los Mulos de Manhattan, con 153 salvados, luego de Mariano Rivera, (652) y David Righetti, (224).

El día después de mañana

Y “El Misil” llegará a la agencia libre y el día después de mañana traerá esa sensación de volver a empezar, de comenzar otra vez a desandar el camino, simplemente de estar y a los 34 años, Aroldis Chapman tiene mucho que aportar todavía, con 315 juegos salvados en su haber, su velocidad intacta y la mentalidad propia de los grandes guerreros, esa en la que a pesar de perder una batalla se regresa de nuevo con la frente en alto, dispuesto a todo.

Esta historia no ha terminado y puede que lo mejor, ahora mismo sea eso, salir de los Yankees, mucho más con Aaron Boone en el banquillo para 2023 y entonces, las opciones llegarán, ¿Quién no quisiera tener a un pitcher como Aroldis Chapman?