Así anda, como un velero perdido a veces sin norte, sin dirección alguna diría y esa es la realidad de Aroldis Chapman al día de hoy.

El cubano volvió a salir a un alto nivel en el juego de este martes ante los Tigres de Detroit y con un ponche y dos conexiones endebles, resolvió el noveno ining para su segundo salvamento de 2022.

La línea de acción

Dos salidas buenas, después se mostró regular y entonces llegaron los tormentos ante los Azulejos de Toronto y los Orioles de Baltimore; cuando con un saco de bolas malas se complicó la vida.

Tal vez como el Holandés Errante, ese legendario barco pirata que anda navegando por ahí, a su suerte; así se ha mostrado Chapman, como decía al comienzo y es la mejor manera de conectar los hilos de la historia.

Destellos

Cien millas y un poco más, durísimo, siempre encima de los bateadores y entonces de pronto llegan tres, cuatro, cinco y ocho lanzamientos malos, a veces dudosos pero ahí, en ese momento, la duda no cabe.

La parte contradictoria en este asunto es que Chapman ha estado inmaculado, no ha permitido carreras en 4,1 tramos.

Sin dudas una muestra de lo que puede hacer todavía encima del box, a pesar de las dudas y el cúmulo de críticas que le llueven a diario por parte de la misma afición.

Resiliencia es la clave

Chapman ha tenido que reinventarse, una y otra y otra vez para mantener el enfoque.

Así y todo ha vuelto encontrarse con las cien millas, como en sus mejores momentos y es algo que da esperanzas.

Anoche, en Comerica Park aseguró el triunfo, su salvado 308 de por vida y más allá de cifras, de si pasa los 330 o quiere los 400 salvados, el momento es el de ahora y debe mostrar su mejo versión.

Con los hombres como Chapman no hay lugar para medias verdades, o se hacen las cosas bien o no se hacen.

El antillano está en su último año de contrato y ha expresado en varias oportunidades que desea retirarse allí en el Bronx, con el mítico unifome a rayas… para ello debe mantener el rumbo así, seguro y fino como anoche, lo demás cae por su propio peso.