Tradicionalmente, se ha tenido a la División Este de la Liga Nacional como una de las más competidas y parejas de la MLB, por no decir la que más. Los equipos de esta zona siempre han estado muy parejos y la lucha por el banderín es por lo general, encarnizada y a muerte desde el inicio hasta el final de la temporada. No en vano en años recientes equipos como los Nacionales de Washington y los Bravos de Atlanta han sido los campeones de las Grandes Ligas.

Lo dicho anteriormente es cierto, pero no por eso resta mérito a las franquicias de los Mets de Nueva York, los Marlins de Miami y los Phillies de Philadelphia, las cuales también han sabido competir y en momentos puntuales de la historia cercana a nuestros días probaron ser clubes de alto nivel y categoría.

Sin embargo, la situación que a día de hoy se vive en el Este del viejo circuito es atípica y poco usual. Por primera vez en mucho tiempo una escuadra se muestra como clara dominadora del resto y no parece aflojar. Desde hace mucho un conjunto no imponía tantas condiciones como ahora, cuando aunque solo estemos terminando el tramo inicial de la campaña, la división tiene toda la pinta de estar sentenciada.

Los Mets están volando

El elenco del que hablábamos en el párrafo anterior es nada más y nada menos que los Mets de Nueva York, una novena que con la chequera del multimillonario Steve Cohen como punto de partida, logró construir una nómina de ensueño que está rindiendo mejor que nunca.

Con récord de 35 victorias y solo 18 derrotas, los de la Gran Manzana son los indiscutidos líderes de su zona. Muy lejos están los Bravos de Atlanta (9.5 juegos de diferencia), los Phillies de Philadelphia y los Marlins de Miami (12 juegos de diferencia), sin dejar de mencionar a unos desahuciados Nacionales de Washington que ocupan el fondo de la tabla (17 juegos de diferencia).

¿Distancia es insalvable?

Si bien es cierto que todavía queda mucha pelota por jugar en la MLB, las cosas no aparentan ser fáciles de ahora en adelante para los rivales de los metropolitanos. No es solamente la diferencia entre los registros de triunfos y reveses, sino lo exhibido encima del terreno y sobre todo, lo que podría ocurrir en el futuro.

Si los de Queens han estado así sin Jacob deGrom y con toleteros como Francisco Lindor y Eduardo Escobar de capa caída, no hay ni que recalcar lo que podría ser este equipo si se llegan a poner a tope. Sin lugar a dudas, una máquina imposible de detener a la cual el resto de sus adversarios del este solo podrán hacerle sombra.