Un nuevo capítulo más en la novela del verano de la NBA. Ben Simmons protagoniza la historia que tiene en vilo a todos los fanáticos de la liga, debido a que su futuro en el baloncesto estadounidense es una incógnita tras haber declarado que no quería jugar más para Philadelphia luego de su ruptura con jugadores y aficionados.

Pero luego de residir durante las últimas semanas en Los Ángeles, donde el base australiano se negó a recibir a sus compañeros de equipo y asumió una cuantiosa multa por no presentarse al campus de entrenamiento de la franquicia, todo tomó un giro inesperado: Simmons regresó a la ciudad.

El jugador, luego de varias jornadas sin novedades acerca de su futuro, aterrizó en Philadelphia y fue visto en los alrededores del Wells Fargo Center, casa de los Sixers, equipo para el cual juega desde que lo eligieran con el pick número uno del Draft de 2016.

Aunque los siguientes pasos no están claros, se trata de un nuevo -y muy relevante- episodio en la historia del tres veces All-Star que parece tener intenciones de volver a la rutina diaria. Si bien esto no significa que continúe en el equipo, al menos es un gesto importante para limar asperezas entre ambas partes.

Sin embargo, desde los 76ers quieren recuperar de verdad a Simmons. Parece muy complicado, pero esto cambia las cosas. Sí podría tratarse de una vuelta en beneficio de ambas partes, ya que el regreso del jugador podría indicar sus intenciones de jugar para subir su valor de mercado y estar en el equipo con la condición de que lo traspasen en el corto lapso.

El que se expresó al respecto fue el coach Doc Rivers, que quiere contar con el jugador, más allá de saber que estuvo fuera del plante mucho tiempo: “Ya sea que se decida que juegue o no, eso dependerá de lo que veamos esta semana. Viene de estar fuera, porque no ha estado en los entrenamientos, obviamente. Habiendo dicho eso, ¿lo apresuras y lo pones en cancha? Eso es otro tema. Lo que vemos esta semana es cómo determinamos todo en el futuro”, declaró.