Después de tanto remar, finalmente Facundo Campazzo había llegado a buen puerto. Tras la confirmación de su salida de Denver Nuggets tras dos temporadas, el base argentino quería quedarse en la NBA si o si, a pesar de que las ofertas no llegasen con el correr de los meses. Finalmente, Dallas Mavericks pudo cerrar bien las cuentas del impuesto de lujo y el cupo salarial y a poco de empezar de la temporada lo fichó. Pero no todo es color de rosas.

Si bien Campazzo tuvo que tramitar la renovación de su visa y se perdió un par de encuentros, ingresó en el tercer juego de la temporada, ante Pelicans, en lo que fue una derrota ajustada. El argentino consiguió anotar tres puntos, repartir dos asistencias y realizar dos robos. En el partido, ante los Nets, apenas estuvo tres minutos en cancha en los que solo pudo dar una asistencias. Y luego, no jugó más.

Van cuatro juegos consecutivos en los que el entrenador Jason Kidd no utiliza al latinoamericano ex Real Madrid. Una de las explicaciones puede ser lo cerrados que fueron los desarrollos de dichos encuentros, ya que tanto las tres victorias y la derrota en dichos compromisos todos fueron resultados muy parejos y la necesidad de altura hizo que Kidd no pudiera usar al base.

La llegada del argentino fue festejada por el entrenador y la dirigencia de los Mavs, quienes aseguraron: “Facu es el jugador que necesitamos para el estilo que queremos tener esta temporada. Lo veníamos siguiendo hace rato y estamos felices de poder tenerlo con nosotros finalmente”.

Incluso, desde el comienzo de la acción, se ha visto al argentino quedarse después de hora en cada entrenamiento del equipo siendo el último jugador en irse del gimnasio, practicando su tiro o realizando acciones defensivas junto al resto de los coaches.