Michael Jordan es casi de manera indiscutida la figura más conocida en la historia del baloncesto mundial. Sus hazañas trascendieron en el tiempo y todavía a día de hoy sigue siendo recordado y venerado por millones de fanáticos alrededor del mundo. Aquella época exitosa con el uniforme de los Chicago Bulls no se olvida por más que pase los años y su legado perdura hasta la actualidad.

Como resultado de su era dorada, el mítico dorsal 23 logró acumular  una cantidad ingente de dinero, siendo uno de los primeros deportistas a nivel general en ser considerado un multimillonario con todas las letras, pero la cosa no acabó allí.

Para más inri, Jordan invirtió bien sus ganancias y ahora, en pleno 2022, puede alardear de haber multiplicado probablemente a cantidades exponenciales aquello que devengó cuando todavía estaba sobre los mejores tabloncillos del globo dando muestras de su talento.

Debilidad por los bienes raíces

Uno de los principales rubros en los que The GOAT ha gastado parte de su fortuna es en mansiones de alto valor. Sin embargo, la que compró en Highland Park puede que sea la más impresionante de todas.

Tasada en un valor de 29 millones de dólares, la propiedad que tiene más de 3 mil metros cuadrados de construcción y un terreno de poco más de 2,8 hectáreas, es imponente incluso vista a lo lejos. La casa posee 19 baños y 9 habitaciones enormes, así como también otras áreas de lujo entre las que se incluye una cancha de baloncesto techada y con aire acondicionado.

No obstante, el exbaloncestista ha intentado venderla desde hace 10 años sin éxito, incluso colocándole precios menores. Actualmente está publicada en 14,8 millones de dólares y sigue sin ser vendida, cuestión que no se explican ni siquiera los agentes inmobiliarios.

También intentaron subastarla hace pocos años, pero ocurrió lo mismo, no hubo éxito en las negociaciones. Ningún candidato ofreció una suma superior a los 13 ‘melones’.

La oscura razón

A pesar de que esta mansión de Michael Jordan es una belleza y hay mucha gente en los Estados Unidos con los activos suficientes para comprarla, una de las razones por las cuales muchos se abstienen son sus múltiples modificaciones.

Por ejemplo, no todo el mundo hará uso de una cancha de baloncesto de primera categoría y muchísimos menos son los que desean tener un enorme número 23 en la entrada de su casa a menos que sea un seguidor casi obsesionado con la leyenda de la NBA.