Corrían tiempos complicados. La primera temporada de existencia de la BAA, la organización que años más tarde desembocaría en la NBA, había sido un fiasco en lo económico. Era de esperar, pues al fin y al cabo lanzar una competición que aspiraba a ser nacional iba a sufrir notablemente en sus primeros pasos. Al término de aquel curso 1946-1947 desertaron 3 organizaciones, dejando en 8 el núcleo competitivo de la liga.

En ese momento Nueva York era el principal mercado de la liga, siendo habituales los “doubleheaders” como atractivo para los aficionados, pudiendo ver por un módico precio dos encuentros seguidos, normalmente con algún jugador local de por medio o un equipo famoso. Pero para el calendario de 1947 se pensó otra cosa.

La televisión aún no había desembocado y la principal manera de seguir los partidos en directo era mediante la radio o, mucho mejor, en el mismo estadio. Por eso, a la hora de armar el calendario, los organizadores pensaron en una idea que podía funcionar: organizar juegos el día de Navidad.

La costumbre estadounidense es salir y asistir a eventos públicos en familia durante el 25 de diciembre, por lo que pactar juegos atractivos para el público era la mejor forma de subir la audiencia, tanto en el estadio como en las transmisiones radiales.

De este modo se decidió que fuesen los Knicks quienes liderasen el experimento, probando la entidad de su gran mercado y el hecho de que durante el periodo navideño la población de Nueva York crecía notablemente. Las alternativas de ocio que existían en aquel entonces a nivel deportivo no eran muy amplias, por lo que la BAA lo tuvo claro y eligió el tercer Madison Square Garden como campo de pruebas.

Así, el 25 de diciembre de 1947 se jugaron dos partidos, siendo el primer encuentro entre los Knicks y los Providence Steamrollers y el segundo en St. Louis con los Bombers recibiendo a los Washington Capitols.

En Nueva York, el juego se lo llevaron los Knicks por 89-75, pero lo más destacable no el resultado, sino el aforo de más de 15 mil personas que asistieron al Madison Square Garden, que estaba preparado para un máximo de 18.000 personas, suponiendo esta la ocasión en la que más gente acudió a un partido de básquetbol profesional en ese recinto.

El éxito de aquel primer ensayo sirvió como muestra de que merecía la pena apostar por una jornada navideña de básquetbol profesional, algo que al curso siguiente repitieron recibiendo los Knicks a los Chicago Stags y que en adelante se convertiría en una tradición que solo ha faltado a su cita en una ocasión (1998) por fuerza mayor, debido al lockout, que hizo que la temporada comenzara en febrero

Mañana, 74 años después de que los Knicks recibiesen a los Steamrollers bajo los viejos focos del tercer Madison, serán los Hawks quienes se presenten en Nueva York para representar la tradición más antigua que existe en la NBA.