Hace poco más de tres meses los Milwaukee Bucks se coronaban como reyes de la NBA tras vencer en la final a los Phoenix Suns. Un triunfo que abría las puertas de la leyenda para un Giannis Antetokounmpo, que por fin veía recompensado su extraordinario rendimiento personal y dejaba atrás años de dudas por su falta de éxitos.

Pero hoy, si bien apenas van catorce juegos completados del calendario, si la temporada acabara hoy, Milwaukee ni siquiera ingresaría al Play In clasificatorio a la postemporada debido al registro de 6-8 que tienen actualmente. Anoche cayeron por veinte puntos ante Atlanta Hawks, otro que tiene un rendimiento diametralmente opuesto de la campaña anterior, y las preocupaciones avanzan.

El griego está muy solo en el equipo, tal es así que ante los Hawks anotó 26 de los 100 puntos del equipo en 34 minutos en cancha. No aparecen Khris Middleton ni Jrue Holiday como líderes cuando el alero no está en cancha, y las esperanzas se depositan en jugadores como Pat Connaughton o Grayson Allen, incapaces de ponerse el equipo al hombro.

Es cierto que a Holiday y Middleton le afectaron enormemente las lesiones y las bajas por protocolos sanitarios que mermaron sus rendimientos y están lastrando al equipo en este inicio de temporada, pero tampoco el calendario ha sido demasiado exigente hasta ahora.

Los Bucks tienen tiempo y herramientas para mejorar, pero deberían empezar a encontrar soluciones para que cuando reaccionen no sea ya demasiado tarde. De momento ya han perdido su puesto en el podio entre los favoritos al anillo en las casas de apuestas en favor de los Warriors y si siguen así la caída puede ser total.

Por lo pronto, el miércoles tendrán la oportunidad de repuntar al enfrentar a los Lakers, otro equipo que aparecía como candidato pero está sufriendo la falta de resultados que acrecientan los cuestionamientos hacia el plantel que no aparece, en este caso cuando se ausenta LeBron James.