La temporada más desastrosa de la historia de la franquicia angelina cerró cuando el legendario equipo no pudo avanzar siquiera al Play In de la NBA. Quedar descalificados a pesar de las piezas que se juntaron en el equipo, fue definitivamente la gota que derramo la copa de una temporada, que contó con problemas de salud, mal manejo gerencial, muchos rumores, poca química y malos resultados.

Hace varios días el equipo despidió a Frank Vogel, dirigente de los últimos tres torneos y con quien retomaron la gloria en 2020, pero aparentemente las cosas no terminaran ahí. Además de Vogel, la figura señalada es Russell Westbrook, quien se ha convertido en el chivo expiatorio y sobre quien recaen los dardos envenenados de cara a la posible reconstrucción que se avecina.

Sin dudas Westbrook tiene parte de la culpa de lo que vimos esta temporada, tuvo números por debajo de lo esperado. Pero el principal peso debe caer sobre los que toman decisiones en los Lakers, la gerencia que decidió cambiar una profundidad a nivel de campeonato por Westbrook, quien devengó un salario de 44.2 millones de dólares y tiene una opción de jugador de 47.1 millones para la próxima temporada.

Con la llegada de Westbrook, sumado a los salarios de James y Davis, el equipo comprometió la mayor parte de su presupuesto, provocando que buscaran jugadores de roles que al final no hicieron su trabajo. Pasaron de ser un equipo de dos estrellas con mala puntería y una identidad defensiva a un equipo de tres estrellas mal ajustado, con peor puntería y sin identidad defensiva.

Muchas personas ligadas al equipo entienden que Westbrook rechazará su opción de 47.1 millones para la próxima temporada, lo cual sería un alivio para el equipo de cara a sus aspiraciones de reconstrucción, ¿pero y si Westbrook quiere hacer efectiva su opción?

En teoría, los Lakers podrían comprar la salida de Westbrook y estirar el salario restante después de la compra durante tres temporadas (entre $12.3 millones y $ 14.7 millones al año), haciendo uso del método que utilizaron con Luol Deng, quien recientemente terminó de recibir su último pago, luego que el equipo optará por renunciar y extender su contrato en 2018, para disminuir el impacto en su tope salarial.

¿Es buena idea tener este gasto durante las próximas tres temporadas?

La respuesta puede depender de la voluntad de LeBron James de firmar una extensión de dos años este verano para permanecer en Los Ángeles hasta la temporada 2024-25. Para esto tendrían que contar con un compromiso verbal ya que James no será elegible hasta el 4 de agosto. Eso puede ser suficiente, aunque Anthony Davis puede optar por no participar después de 2023-24. Durante ese lapso, los Lakers no proyectan tener un espacio salarial significativo con James y Davis, aunque un nuevo acuerdo de negociación colectiva podría alterar el panorama en el futuro cercano.

Si James continua en los Lakers, decirle adiós a Westbrook potencialmente sacaría a los Lakers del impuesto de lujo para la temporada 2022-23. Esto permitiría al equipo ofrecerle a Monk alrededor de $10.3 millones en el primer año de un nuevo contrato (hasta cuatro temporadas).

Los Lakers firmaron a Monk con lo que podría llamarse un “contrato de perder-perder”. Si no aportaba según lo esperado, entonces es un desperdicio. Si lo hace, y lo ha hecho, el equipo no tiene los medios para retenerlo.

Manteniendo a Westbrook, los Lakers están por encima del impuesto, y lo máximo que proyectan pagar a Monk es la excepción de nivel medio del contribuyente, que comienza en $6,34 millones (hasta tres temporadas). Eso es menos de lo que la mayoría de los equipos de la competencia tienen a su disposición.

Al quedar bajo el impuesto, Los Ángeles también tendría su excepción bianual, que se proyecta que comience en $4.0 millones. Al usar el método Deng con Westbrook, los Lakers podrían tener a Talen Horton-Tucker, Stanley Johnson, Austin Reaves, James, Davis y Monk. Los Lakers sólo tendrían entonces los contratos mínimos y bianuales para desarrollar el resto de la lista.

Usar el método Deng con Westbrook permitiría que los Lakers traigan de vuelta prácticamente al mismo equipo, ¿pero esto los hace contendientes?

No lo veo tan fácil, pues cuentan con la incógnita de la salud de Davis y James, que, aunque sigue jugando a un alto nivel, empieza a perder más partidos temporada tras temporada, por lo que deben hacer movimientos adecuados con lo disponible en el mercado.

Los Lakers también podrían optar por cambiar a Westbrook, pero saben que es cuesta arriba encontrar un equipo dispuesto a ceder valor y al mismo tiempo asumir el salario de Westbrook. Para esto posiblemente el equipo angelino tendrá que ofrecer algunos picks futuros y pagar parte del contrato de Westbrook.

Otra opción sería mantener a Westbrook en el equipo, quizás con la esperanza de que un cambio de entrenador desbloquee el potencial de la plantilla la próxima temporada. Esta opción la dudo mucho dado lo mal que encajó Westbrook y lo difícil que ha sido la temporada para todas las partes, el divorcio de alguna manera parece inevitable.

¿Cuál te parece sería la más conveniente?