Simplemente histórico. Si bien es conocido como ‘Dream Team‘ a aquel conjunto de 1992 que destrozara a todos sus rivales de forma abultada, pues el combinado que logró conformar Argentina en el 2004 con un Emmanuel Ginobili al frente se puede considerar de igual forma como un conjunto de ensueño y que lograra dar un golpe muy fuerte en la mesa en la celebración de los Juegos Olímpicos de Atenas de ese año.

Y es que desde ese momento de 1992, en lo que refiere a estas justas olímpicas, Estados Unidos se ha quedado con el oro en el baloncesto de forma ininterrumpida, hasta que en la instancia de semifinales de aquella cita en Atenas se tropezara con un magistral conjunto albiceleste y viendo como se derrumbaba su hegemonía, y todo el mundo se enteraba de que eran humanos y de este planeta.

El 27 de agosto de hace 18 años debe ser sin lugar a dudas una de las fechas más recordadas por el baloncesto de Argentina y Latinoamérica; no todos los días se puede decir que se ha ganado a los máximos representantes de la mejor liga del mundo, encabezados en ese entonces por los abridores Allen Iverson, Stephen Marbury, Richard Jefferson, Lamar Odom y Tim Duncan, pero que al frente tenían a un equipo plagado de figuras también con recorrido en la élite.

En ese encuentro, ya se notaba a un conjunto estadounidense no tan superior como siempre solía hacerlo, terminando por debajo en la mitad del compromiso 43-38, con un imponente Ginobili que estaba haciendo de todo y dirigiendo a su orquesta con músicos bien afinados; hablamos de Walter Hermann, ‘Pepe’ Sánchez, Andrés Nocioni y Ruben Wolkowyski, por solo mencionar a los titulares ese día.

Desde el banco nada más que contaban con un Luis Scola que cada vez que ingresaba a la cancha, junto con Nocioni lograban neutralizar a un Tim Duncan que poco pudo hacer en la pintura, justamente el compañero de ‘Manu‘ en los San Antonio Spurs. El colectivo en ofensiva y defensiva estaba funcionando a la perfección, ya que cuando Ginobili era doble marcado, aparecía también un Fabrizio Oberto en los tableros, y cuando el referenciado era éste, entonces era Ginobili quién liquidaba desde la larga distancia.

Los de Larry Brown ya no sabían que hacer, viendo una desventaja de 16 puntos que ya parecía indetenible; una ligera reacción de la mano de Iverson y Shawn Marion fue lo que pudo reanimar el cotejo ante las más de 14.000 personas presentes en el Pabellón OAKA de la capital griega; pero todo fue un espejismo, ya que ‘Manu‘ ahora estirando de nuevo la ventaja, resaltando un canasto triple que anotara y con falta incluida de un desesperado Marbury.

Faltando aún cinco minutos para el final, Duncan por problemas de faltas debió abandonar la cancha, cabizbajo y al parecer eso se contagió en sus compañeros; Alejandro Montecchia era otro que tomó protagonismo en esta parte final, y Estados Unidos con poco fuelle veía como Hermann les hacía una bandeja y luego un mate final y lapidario de Scola, para poner a celebrar a toda una nación.

Tan sencillo como que los argentinos ese día bailaron tango en Atenas; un score final de 89-81 que le daba el pase a la final del baloncesto olímpico, pero lo más impactante, ser los primeros en sacar de contiendas a los estadounidenses, desde que éstos comenzaran a convocar a los jugadores de la NBA. De hecho, esto ha cobrado más importancia, cuando en los siguientes cuatro juegos olímpicos, EEUU si ha podido subir a lo más alto del podio, haciendo aún más especial aquella hazaña.

Al culminar este encuentro, el popular periódico ‘USA Today‘ solo atinó a escribir algo como esto: “Estados Unidos no tienen más el invencible poderío en baloncesto que una vez tuvieron. Los mejores jugadores del mundo podrán estar en la NBA, pero el mejor equipo hoy por hoy es Argentina“.

Sencillamente no podía estar más acertado ese mensaje de tan prestigioso medio impreso; solo para tener una idea, además del quinteto abridor ya mencionado arriba, los norteamericanos disponían de Carlos Boozer, Shawn Marion, Damon Stoudemire, Dwayne Wade y LeBron James en el banquillo, éste último apenas con su primera temporada disputada con los Cleveland Cavaliers.

Argentina lograba al día siguiente la gloria máxima al ganar la final ante Italia con un contundente 84-69, y la leyenda de Emmanuel Ginobili se terminaba de consolidar, quién junto con sus logros en la NBA, está merecidamente próximo a ser exaltado al Salón de la Fama de este deporte; pero sin duda que el oro ya lo habían obtenido en la noche anterior.