Eslovenia tiene apenas dos millones de habitantes. Ese reducto sin salida al mar, formado luego de la desintegración de Yugoslavia está más relacionado a los conflictos étnicos que caracterizaron a esa región a finales de la década del ochenta y principios de la década del noventa, que por sus logros deportivos.

Y eso que, aunque cueste creerlo, el país tiene actualmente muchas figuras, no solo en el baloncesto, el deporte nacional. En materia futbolística, destacan jugadores como Jan Oblak, arquero figura en Atlético de Madrid, Josip Ilicic, de gran trayectoria en la Serie A jugando para Palermo, Fiorentina y Atalanta, o el veterano Samir Handanovic, histórico portero del Inter, también de la Serie A.

El esquí, el balonmano (subcampeón europeo en 2004 y bronce en el Mundial de 2017) y el ciclismo son deportes emergentes que también le están dando numerosos éxitos a Eslovenia. Y, por su puesto, el baloncesto. De la mano de Luka Doncic y Goran Dragic, los balcánicos se consagraron en el Eurobasket de 2017, el mayor logro de la selección hasta el momento, que pudo ser superado por la posibilidad de medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en el que finalmente finalizaron cuartos.

Luka en sus primeros pasos en Olimpija

Pero, ¿cómo hace Eslovenia para garantizarse una figura estelar por generación? ¿Cuál fue el recorrido de Doncic a la NBA que lo hace ser uno de los abanderados de la nueva era de la mejor liga de baloncesto del mundo?

“Lo recuerdo siempre con una pelota en la mano, casi desde que aprendió a caminar”, recuerda Milena, la abuela materna de Doncic, gran “culpable” del presente del jugador de Dallas Mavericks, ya que fue ella quien le regaló su primer balón, del cual se enamoró inmediatamente.

La realidad es que en Eslovenia y, sobre todo en Ljubljana, su capital, se respira baloncesto. Y Luka tuvo el destino de caer en una familia que vivía para el baloncesto. Según recuerdan sus familiares, la única forma de calmar el llanto del bebé Luka era llevarlo a la cancha cercana a su casa y que escuchara el pique del balón y el rechinar de las zapatillas de los jugadores. Estaba destinado a vivir con un balón naranja en la mano.

De eso se dieron cuenta los miembros del club Olimpija, a donde Luka llegó de muy chico y destacó en varios deportes. Fútbol, balonmano, voleibol o hasta waterpolo eran las disciplinas que practicaba Doncic que ya mostraba un físico imponente y, sobre todo, una altura ideal para dominar en lo que quisiera hacer.

Finalmente, se decantó por el baloncesto y rápidamente mostró su dominio, al punto que con ocho años tuvo que ser “ascendido” a la fuerza al equipo U12 donde jugaba con compañeros tres o cuatro años mayores que él. “Era muy responsable para la edad. Eso era impactante. Lo mismo que su liderazgo. Aunque era mucho mejor que el resto, jugaba en equipo. Estaba claro que llevaba al básquet en la sangre”, recuerdan en Olimpija.

Para 2012, Luka ya era campeón nacional U12 y U14, teniendo que mentir en su edad para poder participar. No fue difícil, ya que nadie iba a pensar que ese chico de 1,80 metros tenía menos edad que el resto de sus compañeros o rivales. En 2013, ganó un torneo internacional en Roma que lo hizo ser fichado por scouts de todas partes de Europa. En la final ante Lazio anotó 54 puntos, tomó 11 rebotes y dio 10 asistencias. A Olimpija se lo iban a sacar de las manos.

Fue Real Madrid quien se lo llevó luego de invitarlo a entrenar y participar de algunos torneos amistosos. A los trece, ya había firmado un contrato por cinco años y, si bien la idea del equipo era llevarlo de a poco, fue inevitable que Doncic fuera promovido al primer equipo a los quince años y ocho meses. Finalmente debutó en la Liga Endesa a los dieciséis años y dos meses en un partido ante Unicaja. En la primera pelota que tocó, lanzó de tres y el balón entró casi sin tocar la red. Una muestra de lo que estaba hecho el esloveno.

Para darse una idea de lo que era Luka, al mismo tiempo que se convertía en la estrella del equipo, su madre tenía que seguir llevándolo a los entrenamientos en su auto porque el chico aún no tenía edad para sacar la licencia de conducir.

Doncic llega a la NBA. Escogido con el pick #3 por Atlanta y posteriormente intercambiado con Dallas por Trae Young

Con apenas 18 años, el esloveno ya tenía en su palmarés tres ligas ACB, dos Copas del Rey y una Euroliga. Pero la consagración máxima llegó el mismo año en que cumplió la mayoría de edad al ganar el Eurobasket 2017 con su selección derrotando a España en la semifinal y a Serbia en el juego por el título. Su compañero Goran Dragic (de gran actuación en la NBA) declaró: “En poco tiempo más será el mejor jugador de Europa y hasta del mundo. Recuerden lo que les digo…”. Ese día Dragic metió 35 puntos, pero su mayor acierto fue esta frase que no tardó mucho en empezar a cumplirse.

En el Draft de 2018, Doncic se presentó siendo el mejor jugador del mundo FIBA, pero aún no tenía la confianza de los analistas, tanto estadounidenses como del resto del planeta. Apenas tenía 19 años, una edad en la que ni siquiera los provenientes de la NCAA suelen presentarse. Muchos le aconsejaron que aguarde, que Estados Unidos no es igual a España y que la NBA no es lo mismo que la Euroliga. Pero Doncic fue.

Fue elegido por Atlanta con el tercer pick, pero inmediatamente traspasado a Dallas, que con el pick cinco había escogido a Trae Young y lo usó como moneda de cambio. Hoy, ambos son los líderes de sus respectivas franquicias. Quizás, el mayor perdedor de ese día fue Sacramento Kings, que con el pick dos escogió a Marvin Bagley III, que decepcionó notoriamente y hoy está en Detroit Pistons.

Inmediatamente, Doncic relanzó a unos Mavericks que necesitaban un sucesor de Dirk Nowitski. Lo volvieron a encontrar en las lejanas tierras europeas. En su tercera temporada llevó al equipo a playoff y en la actual pudo ganar su primera serie de postemporada. Ante los Suns, Luka lidera al equipo en una serie que está iguala en dos y que promete demasiado. Si los Mavs pasan, tendrán la moral por las nubes en su camino a las Finales y Doncic se recibirá de héroe.

Es cuestión de tiempo que algún día gane el MVP y se cumplan las palabras de Dragic en 2017…