Hay algo que es innegable: Roger Federer cambió el tenis para siempre. A pesar de obtener la misma cantidad de torneos de Grand Slam que Rafael Nadal o Novak Djokovic, hay algo en el suizo que lo hace destacar por sobre el resto. Y es su majestuosidad a la hora de jugar.

Por eso, si bien el retiro está cada vez más cerca, nadie quiere saber sobre ese momento inevitable y prefieren destacar otras cosas. Como que Su Majestad cumplió 40 años. Si, el jugador con más cantidad de devotos y admiradores de la historia llegó a las cuatro décadas de edad en medio de su preparación para la última parte del año, quizás su última temporada.

Dieciocho años después de su primer título en un major, en Wimbledon, el suizo decidió bajarse del Masters 1000 de Toronto, que comenzó hace dos días y del de Cincinnati, que dará inicio inmediatamente después. En el horizonte asoma el US Open, que comenzará el 30 de agosto y que podría ser su último gran combate antes de retirarse.

El ex número 1 del mundo apenas jugó 13 partidos en 2021. Fueron más que los 6 de 2020, un año marcado por la pandemia del coronavirus y dos operaciones de rodilla. Después de retirarse antes de los octavos de final en Roland Garros para preparar Wimbledon, quedó eliminado en cuartos en el pasto londinense frente al polaco Hubert Hurkacz.

Si el de Basilea se retira, dejará una larga carrera de 23 años, donde consiguió 103 títulos -solo superado por Jimmy Connors (109)-, pasó 310 semanas como número 1 del mundo y amasó más de 310 millones de dólares en premios, sin contar la fortuna que supo construir al ser la cara de las marcas más exclusivas del mundo.