Rafael Nadal sigue haciendo de las suyas coronando paso firme en el Roland Garros y en esta oportunidad dejó claro que su dominio en la tierra batida es completamente infinito, pues es uno de los que más ha ganado en esta superficie, además de que ya va encaminado rumbo a las semifinales en contra de Alexander Zverev, el Alemán que lo espera en el partido que está pactado para el 3 de junio del presente 2022 tomando como ya favorito a quedarse con la corona al hombre de habla hispana, 5 del Ranking.

Está muy pendiente de esta semifinal que vendrá muy fuerte para su realidad deportiva y es que antes de llegar a estas instancias, primero tuvo que pasar el filtro de unos cuartos de final en donde le tocó medirse ni más ni menos que al número 1 del mundo en la actualidad en ATP, el serbio Novak Djokovic, quien lo esperaba pacientemente y a pesar de estar un tiempo más descansado que el nacido en Manacor, España, no pudo ante la furia roja que representa su bandera y tampoco la envergadura con la que el hispano juega cada partido que él disputa.

El encuentro jugado en la cancha de la corte Phillipe Chatrier tuvo el privilegio de poder presenciar el marcador entre estos grandes: 6-2, 4-6, 6-2 y 7(7)-6(4) para que el español con gran paciencia y determinación, lograra dejar a su contendor fuera de combate en un partido que, sin duda alguna en la rama masculina iba a ser el mejor de la jornada, y vaya que sí lo fue.

Recordemos que, una de las polémicas que tuvo Rafael Nadal antes de llegar al encuentro o el día del mismo resultó en que él esperaba que el encuentro se jugara en horas de la mañana y la organización lejos de escucharlo, continuó con el plan original de lanzarlo a la noche, obviamente causó disgusto al español que a la larga también tuvo unas palabras con la logística del evento:

“No me gustan las sesiones nocturnas sobre tierra batida. Soy muy claro, no me gusta jugar en tierra durante la noche, porque la humedad es más alta, la pelota es más lenta y puede ser muy pesada especialmente cuando hace frío. Provoca que haya una gran diferencia en el juego de día y noche sobre tierra”.

Fue lo que resolvió el tenista español que, con todo y que tuvo que dedicarse a jugar para poder solventar su pase a las semifinales, seguramente está con muy malos augurios. Recordemos que también le tocó jugar en horas nocturnas en contra de Corentin Moutet.

Por otro lado la dirección dada por Amelie Mauresmo fue esa, dejar todo como estaba poniendo el plato fuerte completamente para el turno de la noche con el serbio midiéndose al español.