Sin dudas es el máximo favorito del torneo, no importa en qué condición esté. Su extenso currículum, solo en la arcilla de la capital francesa lo deja en el máximo escalón del ranking de los candidatos. Y Rafael Nadal ya empezó pisando fuerte. Si bien declaró en la previa que no se ve como favorito al título, lo cierto es que también dijo que no sentía dolores en su pie derecho, el que tantos problemas le ocasionó el año pasado.

Triunfó sin inconvenientes ante el australiano Jordan Thompson por 6-2 6-2 6-2 en dos horas de juego y, de esa forma, alcanzó los 299 triunfos en torneos de Grand Slam, quedando a uno solo de las tres centenas de victorias en competencias de esta categoría.

Así, los 300 partidos ganados se pueden cumplir en la segunda ronda donde enfrentará al local Corentin Moutet. De vencer al francés, Nadal sería el tercer tenista en alcanzar esa cifra de triunfos en majors, luego de que Roger Federer (369) y Novak Djokovic (323) lo alcanzaran antes.

La aparente recuperación de Nadal de la lesión lo deja con un ánimo alto. Por eso ha realizado dobles sesiones de entrenamiento desde su llegada a París. Lo demostró ante un rival menor que no le exigió demasiados movimientos agresivos aunque sí corrió a dejadas con aparente soltura.

Si bien Rafa insiste en que no es el máximo candidato, su dominación en el torneo y la superficie dicen lo contrario. Ha llegado como el quinto y sólo en una ocasión estaba más atrás en la parrilla de salida. Fue en el complicado 2015, cuando cedió como sexto cabeza de serie en los cuartos ante Djokovic.

“Estoy contento de pasar la primera ronda en tres sets. Soy consciente de que es el primer partido. París es el lugar más importante de mi carrera, es el lugar en el que he vivido mis mayores emociones. La pista es espectacular, para mí sigue siendo la misma pista de siempre, histórica y me alegro de ser parte de esta historia. A mi edad es un regalo estar aquí y voy a hacer todo lo posible para darme una oportunidad”, declaró al terminar el partido