La canadiense Leylah Fernandez y el murciano Carlos Alcaraz abrieron el camino de la revolución de los ‘teenagers’, lo continuó la también tenista de 18 años Emma Raducanu, de igual talento y ambición que sus coetáneos pero con incluso menos bagaje profesional que aquéllos y viniendo desde más abajo.
Porque Raducanu es sólo la 150 del mundo, teniendo que pasar la criba de la fase previa en Nueva York, que había evitado en Wimbledon por su nacionalidad británica. Alcanzó los octavos en la ‘Catedral’, en los que pagó los nervios en forma de problemas físicos teniendo que retirarse de repente, confirmó su talento llegando a cuartos del US Open arrasando.
No tuvo piedad de la última estadounidense en el cuadro femenino, Shelby Rogers, que había hecho la hazaña de remontar un 2-5 y saque a la nº 1 mundial Ashleigh Barty. Raducanu resolvió 6-2 y 6-1 en una hora y seis minutos.
Tanta contundencia no asusta, la sufrieron sus rivales antriores: Stefanie Voegele (6-2 y 6-3), Shuai Zhang (6-2 y 6-4) y Sara Sorribes (6-0 y 6-1).
Nacida en Canadá, emigró a los 2 años a Inglaterra. Es hija única, su padre es natural de Rumanía y su madre, de China.
Retará en cuartos a la campeona olímpica, la suiza Belinda Bencic, que eliminó a la polaca Iga Swiatek 7-6 (14-12) y 6-3.