El honor de encender el pebetero olímpico lo tuvo la tenista japonesa Naomi Osaka en el punto culminante de una ceremonia que, como se esperaba, estuvo limitada por las medidas preventivas para evitar contagios.

No hubo público. Solo algunos atletas, autoridades y periodistas -usando mascarillas en todo momento- estuvieron presentes en un estadio olímpico con capacidad para 68.000 espectadores.

“Hoy es un momento de esperanza”, declaró el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach.

“Sí, es muy diferente de lo que todos habíamos imaginado. Pero valoremos este momento porque finalmente estamos todos aquí juntos”, dijo.

Pero también hubo algo de Polémica

La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio ha dejado varias imágenes. Una de ellas ha sido, en plena pandemia de coronavirus, el desfile sin mascarilla de varias delegaciones.

Kirguistán, Tayikistán y Pakistán han sido protagonistas por este motivo. Las delegaciones completas de los dos primeros equipos han desfilado por el Estadio Olímpico sin esa protección contra el coronavirus.

Mientras, el equipo de Pakistán sí ha desfilado con mascarilla, con la excepción de sus abanderados. Han sido los otros protagonistas del desfile que no han lucido esta prenda durante la ceremonia.