Desde que la tecnología comenzó a avanzar a pasos agigantados, los seres humanos aprendieron a sacar el mayor provecho de ella, eso seguro. Como resultado de esto, hoy tenemos un mundo globalizado y prácticamente automatizado pero, ¿Hasta qué punto es moral y ético utilizarla a nuestro favor? Esta es la gran polémica que se ha generado en el mundo de los deportes desde que ocurrieron un par de escándalos el dos de los principales juegos de mesa.

Del tablero de ajedrez de Hans Niemann el escándalo saltó a la mesa de póker de Robbi Jade Lew. Ambos jugadores han sido acusados de realizar trampas y aunque todavía no se les prueba que haya sido así, los fanáticos de las 2 disciplinas se encuentran divididos entre un par de posturas bastante obvias y claras: los que creen que sus victorias fueron legítimas y los que aseveran que algo turbio hay detrás.

Sin embargo, aquí es donde muchos se preguntarán: ¿Cómo pueden hacerse trampas en este tipo de deportes? Y es lógico. Al fin y al cabo, no se usa la fuerza física y no hay fármacos ni sustancias que eleven la capacidad intelectual (al menos no probados de manera concluyente en un laboratorio). Aun así, parece que existen otros métodos.

Placer y picardía

La manera en que supuestamente habrían logrado burlar a sus oponentes de manera ilícita tanto Niemann (quien derrotó a sus tiernos 19 años al campeón mundial, Magnus Carlsen, en la Sinquefield 2022) como Lew (que batió a Garrett Adelstein, uno de los más fuerte jugadores de póker del planeta), habría sido una combinación de inteligencia artificial con juguetes sexuales.

Según teorizan algunos entendidos de la materia, podrían haber timado a sus adversarios introduciéndose dispositivos como bolas anales o usando anillos vibratorios los cuales aunados a transmisores inalámbricos les guiarían en su juego. Toda una maraña tecnológica que de ser cierta dio muy buenos resultados.

Serenos en la tormenta

Aunque se encuentran en el ojo del huracán, estos 2 atletas se han mostrado tranquilos ante las múltiples críticas recibidas y han sostenido su inocencia. No obstante, sus situaciones son distintas.

Hans Niemann ha reconocido haber hecho trampas con 12 y 16 años en algunas partidas de campeonatos juveniles. El ajedrecista dijo que en un punto de su carrera sí utilizó ‘ayudas’, pero no especificó cuáles. Asimismo, el sitio web Chess.com le probó que empleó la asistencia de inteligencia artificial en al menos 100 juegos disputados en su plataforma, cuestión que hace que se sospeche todavía más de él.

Por su parte, Robbi Jade Lew ha sido una contendiente limpia hasta el momento. Con todo y eso, el Casino Hustler, lugar en el que ocurrió el referido hecho, aseveró que considera el uso de un detector de mentiras en los próximos días para aclarar lo acontecido. ¿Será que saldrá airosa delante de este aparato?