Pocas cosas enseñan más que un Juego Paralímpico. La mezcla del deporte con historias que rebalsan en superación, aceptación y lucha ante la adversidad es algo que sirve para cualquiera que vea a los deportistas de ese evento competir. Por eso, la historia de Alejandra Aybar no es la excepción.

Aybar nació con osteogénesis imperfecta, también conocida como “la enfermedad de los huesos frágiles”. Durante su infancia sufrió múltiples fracturas en las piernas y las caderas, lo que afectó su movildiad. Soportó dolores extremos y se sometió a innumerables operaciones con largos periodos de recuperación.

Creció en Azua, al sur del país, con su madre Bella y sus dos hermanos: el mayor, Alejandro, que también sufre de osteogénesis; y su hermana menor, Chabely. Pero a pesar de la contención de su familia, nada fue fácil. Sobre todo a la hora de decantarse por el deporte como una vía de escape.

Pero antes, había que estudiar y ella eligió ingeniera industrial. Luego de la sorpresa de elegir una carrera complicada y que requiere demasiados esfuerzos a la hora de trabajar, Alejandra ignoró todos los comentarios que decían que no podía. O más bien, los usó para motivarse.

Y así fue que se graduó con un sobresaliente en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo. Y más tarde, consiguió un trabajo como ingeniera de calidad en una empresa de dispositivos médicos. De a poco, su camino empezaba a dar frutos.

En 2014 , tras una lesión en una de sus rodillas, su médico le aconsejó que practicara natación para fortalecer la zona. Alejandra tenía 26 años y no sabía nadar. Pero, como hizo siempre, aceptó el desafío. Pero los obstáculos aparecieron.

Aybar nació con osteogénesis y mide 1,30 metros. Aún así, nada la detiene

Ninguna escuela la quería aceptar por temor a que retrasara a la clase debido al trato especial que Alejandra debía tener por su condición. Hasta que apareció un entrenador que la llevó al equipo Delfines del Naco Masters. Y su camino no frenó hasta el día de hoy.

En 2016 compitió en su primer evento nacional y un año más tarde se convirtió en la primera nadadora de la República Dominicana en competir en una final de un Mundial. Aybar fue sexta en los 50 metros mariposa y octava en los 100 metros libres en el Campeonato Mundial México 2017.

Lo mejor llegaría en los Parapanamericanos de Lima 2019. Con el impulso logrado desde que empezó a nadar, logró la medalla de plata en los 100 metros pecho SB6, lo que significó el primer podio para un atleta dominicano en la natación de ese evento.

Ya con 32 años y luego de atravesar la pandemia de Covid-19, viene de ganar un par de medallas en la Serie Mundial de Berlín en junio, evento en el que logró dos medallas en las categorías 50 y 100 metros en la modalidad pecho, además de mejorar sus marcas en dos eventos consecutivos.

Allí fue que se enteró de que iba a participar en Tokio en sus primeros Juegos Paralímpicos. El camino iniciado como un simple escape de la realidad que la aquejaba, ahora es su mejor fortaleza y una muestra más de como el deporte saca lo mejor de cada uno, incluso, en los momentos en los que parece todo perdido.

Aybar competirá hoy en el Heat 2 de la clasificación de los 100 metros pecho SB6 femenino. La acción está programada para las 20 hs, hora dominicana. Luego competirá el martes en el Heat 2 de la clasificación en los 50 metros libre S8 a las 21:40, hora dominicana.