Después de muchos años llevando la misma marca, los Juegos Olímpicos decidieron probar algo diferente lanzándose al vacío del marketing y renovando por completo su imagen ante su amplio público. Es sin lugar a dudas una propuesta arriesgada, pero que seguramente beneficiará al organismo y le hará lucir mucho más acorde a los tiempos que vivimos.

Tal y como han hecho varias empresas, entidades deportivas y productos en general, el Comité Olímpico Internacional aprobó el sacudón en la apariencia comercial de su mejor producto, es decir, su magna competencia: las olimpiadas. Entre las principales características del cambio estas serían las más resaltantes:

Los aros son inamovibles

Aunque se le dio otro sentido con un moderno refrescamiento a la marca, los Juegos Olímpicos consideraron que sus aros eran intocables. Por ende, esta es la única estructura que no se tocó. Apenas una sola cuestión se dejó claro sobre ellos: no deben ocupar más de un tercio de la superficie total donde sean implementados.

Más colores

Para poder jugar con los diseños, se amplió la paleta de colores del sistema visual. Una gama más extensa brindará la posibilidad de realizar trabajos específicos según sean convenientes. Otro enorme avance por par de los JJOO.

Cambios varios

En cuanto al logo, se ajustó para que sea más leíble en las diferentes plataformas. Asimismo, se agregaron 3 tipografías diferentes para que sean empleadas de acuerdo con su idoneidad: Olympic Headline, Olympic Sans y Olympic Serif.

También se añadió un nuevo trazado geométrico a los pictogramas y lo mejor de todo, ilustraciones oficiales dibujadas a mano por distintos artistas, algo que le dará un nivel estético superior a la marca.

¿Quiénes son los responsables?

Los encargados de mejorar son los trabajadores de la firma la agencia canadiense Hulse & Durrell, la cual centró sus esfuerzos en hacer de la imagen de los Juegos Olímpicos un ícono global que atraiga a las masas y añada nuevo público a la competencia multidisciplinar más grande del planeta.

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