El deporte del boxeo ha tenido verdaderos prodigios que han destacado en las diferentes facetas de la disciplina a lo largo de los tantos años de historia que tiene la misma. Algunos fueron figuras gracias a sus increíbles pegadas, otros a sus defensas, unos pocos por su juego de pies, entre otras cuestiones. Sin embargo, algo que siempre ha llamado la atención a quienes observan y que es motivo de debate es la velocidad de los puños.

Al final, el lema de la actividad del pugilismo es “pegar y no dejarse pegar”, y aquí la rapidez juega un papel preponderante. Muchos son los nombres que se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en este registro que entrama técnica y virtuosismo, pero definitivamente la respuesta tiene que ser una sola al final del día.

Los más veloces

En los últimos tiempos han desfilado por los cuadriláteros verdaderos señores de la agilidad. Desde Floyd Mayweather Jr. hasta Manny Pacquiao hemos podido deleitarnos con movimientos coordinados y finos, pero nada comparable al hombre que mencionaremos a continuación.

El más rápido de todos

Estamos hablando nada más y nada menos que de Sugar Ray Leonard, peleador que entre finales de los años 70’s y toda la década de los 80’s deleitó al planeta con sus increíbles e irrepetibles habilidades. Victorias contra consagradas leyendas como Tommy Hearns, Roberto Durán y Marvin Hagler, entre otros, acabaron por esculpir un mito que se convirtió en historia viva del deporte de los puños.

Incluso Floyd Mayweather Sr., papá de The Money, sufrió en sus propias carnes la terrible velocidad del nacido en Carolina del Norte. Lo que ponía sobre los ensogados el medallista de oro en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 era de otro mundo, verle boxear era gozo puro y quienes lo vieron en su prime, todavía llevan grabada a fuego su estampa impoluta de pugilista completo.

Aquí puedes ver parte de su talento a sus 66 años. Absolutamente asombroso lo que puede hacer todavía: