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La edición LVII del Super Bowl nos regaló numerosas sorpresas en la final donde los Kansas City Chiefs (38-35) se consagraron campeones por tercera vez en la historia de la NFL sobre los Philadelphia Eagles, este domingo 12 de febrero.

En el magno espectáculo deportivo de los Estados Unidos un héroe inesperado apareció en la gran final para los jefes. Se trata de Isiah Pacheco, el corredor con ascendencia puertorriqueña y dominicana.

En un equipo repleto de estrellas como Pat Mahomes y Jalen Hurts, el running back se hizo un lugar en la escuadra y convirtió 76 yardas en 15 intentos y un touchdown para alzarse como monarca del fútbol americano.

El nacido en 2 de marzo de 1999 y nativo de Vineland, New Jersey, fue desarrollado en la Universidad de Rutgers hasta graduarse en la NFL siendo elegido en la séptima ronda con el pick 251 en el último draft. Cabe destacar que, su escogencia fue una de las últimas en esa selección.

Pachero demostró en su primera temporada que no vino a perder el tiempo y de a poco se fue ganando la confianza de los Chiefs dejando promedio de 49 yardas por juego, con una media alta de 4,9 yardas por acarreo en la campaña regular.

De la misma manera, el corredor sumó cinco touchdowns, acumulando 130 yardas por aire y 597 yardas por tierra. Finalizó en el décima lugar en el departamento de yardas con un total de 1,559.

Fuera del terreno de juego, el jugador de ascendencia tiene muy presente sus raíces latinas dejando claro que no olvida de dónde viene. “Mi abuela es de Puerto Rico, tiene su casa en Puerto Rico, tenemos familias y amigos allá. Tenemos todo el apoyo hasta Arizona”, declaró el Pacheco previo al Super Tazón.

Pasado trágico

Previo a formar parte de los tres veces ganadores del Super Bowl, el boricua vivió momentos de pesadilla junto a su familia con acontecimientos trágicos en su adolescencia. Su hermano mayor, Travoise, fue asesinado en 2016 y un año más tarde a su hermana, Celeste, la encontraron sin vida.

Pese a estos golpes anímicos que sacudieron su vida, Pachero logró canalizar el dolor dedicándose el juego hasta convertirse en una estrella de la NFL.

Mi hermano, si me viera aquí, estaría asombrado. Me animó a jugar al football americano de niño y nunca tuvo la oportunidad de verme jugar”, expresó el corredor de 23 años.

Las tragedias del pasado ayudaron a Isiah a esforzarse y preocuparse menos de todo lo ocurrido. Hoy, siendo apenas un novato se convirtió en campeón del Super Tazón y en plan estelar.