Seúl, 1988. Quinto set de un Argentina – Brasil que define el tercer lugar del podio y, por ende, la medalla de bronce. Lo gana Argentina, que tiene en sus filas a Hugo Conte, uno de los mejores jugadores nacionales y, de esa forma, logra la primera medalla olímpica en la historia de ese deporte para el país. Nadie imaginaba que la historia podía repetirse. O continuarse.

Tokio, 2021. Otra vez tierras orientales lejanas. Quinto set de un Argentina – Brasil que define el tercer lugar del podio y, por ende, la de medalla de bronce. Lo gana Argentina, que tiene en sus filas a Facundo Conte, hijo de Hugo. Y, de esa forma, los argentinos logran su segunda medalla olímpica.

Lo de Argentina fue histórico, no sólo por la medalla en sí, sino por el contexto. El sorteo los juntó en un mismo grupo con pesos pesados como Rusia, Brasil, Estados Unidos o Francia. Y a pesar de empezar con derrotas, pudieron sacar su juego adelante y enlazar tres victorias seguidas.

El resto fue historia. Batacazo ante Italia, dura derrota ante Francia, otra de las sorpresas, y un partido memorable ante Brasil para repetir lo hecho en Seúl. El partido en sí fue una muestra de como fue el torneo: luchado, peleado, parejo y que no se definió hasta el final. Argentina se llevó el primer set 25-23 donde ninguno pudo sacar ventajas grandes.

Pero Brasil demostró por qué es el actual campeón olímpico y mundial y se llevó los siguientes dos por 25-20, mucho más cómodo. Y ahí apareció Conte hijo, sumado a Sebastián Solé y Bruno Lima que fueron los líderes ofensivos del equipo. El cuarto fue una clara ventaja 25-17 para Argentina y, con ese impulso, se llevó también el tie break 15-13 para subirse al podio.

De esta forma, Argentina llega a tres medallas en Tokio tras el bronce del Rugby 7 y la plata en Hockey femenino, un registro mucho menor que lo hecho en Río 2016 en los que finalizaron con tres oros y una plata.