Después de la gran temporada que hicieron en el año 2021, todos esperaban que los Medias Rojas de Boston fueran de los principales animadores de la actual campaña de las Grandes Ligas. Sin embargo, un montón de contratiempos se pusieron de por medio para que el cuadro que dirige Alex Cora no pudiera mostrar su máximo potencial.

Actualmente se encuentran sumidos en la última posición de la siempre difícil y disputada División Este de la Liga Americana con récord de 54 victorias y 56 derrotas. Por si fuera poco, se puede tomar como humillación moral el hecho de ser rebasados incluso por los Orioles de Baltimore, un equipo que a priori era mucho menos competitivo que ellos.

Además, los Yankees de Nueva York, sus eternos rivales, son los dueños, amos y señores de la zona con un increíble registro de 71 triunfos y solo 39 reveses. Sí, los Patirrojos pasaron de eliminar a los Bombarderos el año pasado a tener que ver cómo ahora disfrutan de las mieles de la gloria mientras ellos no pueden levantarse de la lona.

Pero, ¿Qué es lo que llevó a Boston a esta situación tan precaria y penosa? Son varios los factores, pero el principal e ineludible tiene que ver con las lides monticulares.

Efectividad por las nubes

El principal problema que arroja el cuerpo de lanzadores de los Red Sox es su alta efectividad, sobre todo la rotación abridora. Salvo el experimentado Michael Wacha (quien ahora mismo se encuentra en la lista de lesionados de 15 días) quien posee promedio de pitcheo de 2.69, el resto de los iniciadores evidencia una efectividad superior a 4.20 puntos.

Por otro lado, llama la atención la cantidad de lesiones sufridas por hombres principales como el ya mencionado Wacha, Chris Sale y Nathan Eovaldi. Uno a uno han ido cayendo y prácticamente en ningún momento de la temporada el mánager Alex Cora ha podido contar con todos los elementos de manera simultánea.

Relevo desastroso

Salvo John Schreiber, quien en 41 presentaciones ha estampado efectividad de 1.90 con récord de 3-1 y 3 juegos salvados, el bullpen de los dueños del Fenway Park es un verdadero bochorno. No solamente permiten vendavales de carreras, sino que en los momentos de aplomo no han podido soportar la presión. Sin dudas, parece que lo mejor que puede ocurrirle a esta parte de la nómina es una reconstrucción desde sus bases.

A día de hoy es difícil encontrar una salida sencilla a esta gran problemática, pero lo que queda claro es que si los Medias Rojas no reestructuran su pitcheo difícilmente volverán a brillar.