Se sabe que la Fórmula 1 piensa constantemente en ideas para mejorar el espectáculo y, al mismo tiempo, poder hacer de la competición, un producto redituable. Algunas veces, no sale bien y otras, dan en el clavo. Uno de los últimos aciertos es, por ejemplo, las carreras sprint, que comenzaron viéndose con escepticismo, pero terminaron siendo un gran atractivo para los días sábados.
La Comisión de la F1 integrada por las diez escuderías, la FIA y la empresa que tiene los derechos comerciales de la categoría, Formula One Managament (FOM), se reunieron en Londres para analizar las posibles modificaciones. Luego del cónclave, se difundió el panorama.
Justamente, uno de los cambios para 2023 es agregar más carreras sprint, que parece que será el formato de clasificación del futuro. La idea de la Comisión es duplicar las carreras cortas para el año entrante y realizar un total de seis, idea que contó con el aval de los equipos. Pero la FIA frenó la propuesta debido a los costos altos que implica una carrera extra en el fin de semana en lugar de la qualy habitual. Habrá que ver si se llega a un acuerdo o se mantiene el número de carreras sprint en tres.
Otro cambio, con el objetivo de abaratar costos y reducir el impacto ecológico (objetivo de la F1 hace años) se trata de los neumáticos. Habrá dos fechas en la próxima temporada en las que los juegos se reducirán de 13 a 11. Se evaluará el impacto económico y según el resultado se analizará aplicar esa medida para todos los eventos de 2024 o siguientes años.
Además, en favor de los espectadores, las cámaras en el casco serán obligatorias para todos los pilotos. La idea, implementada como prueba el año pasado y desarrollada en este curso, fue furor entre los espectadores, que sienten como si estuvieran conduciendo ellos mismos al ver exactamente lo mismo que ven sus pilotos favoritos. Una prueba de eso es que en las diferentes plataformas que transmiten las carreras hay canales especiales para esa cámara.
Por último, están los cambios que se planean para 2026. Ese año vence la norma acerca de la prohibición de desarrollar los motores y se prevé que haya varios cambios en equipos y hasta ingreso de nuevas escuderías. Por eso, la FIA quiere atraer nuevos socios que formen su propio equipo o motoricen uno ya existente (El Grupo Volkswagen con Audi y Porsche son los principales candidatos) con reformas en la reglamentación.
En principio se seguirá el camino de la tecnología híbrida iniciado en 2014 con un motor a combustión V6 y otro eléctrico, pero que tendrá el 50 por ciento de la potencia. No obstante, el objetivo de la Comisión de F1 no es solo que las fábricas ingresen como escuderías íntegras, sino también que se sumen como proveedores de motores: hoy están Mercedes, Ferrari, Honda y Renault, con su equipo Alpine.
De esta forma, con mayor facilidad para el ingreso de nuevos competidores y motores menos potentes, se alcanzará el último objetivo de la F1, que es la principal crítica que recibe hace años: reducir el tamaño de los monoplazas.
Para esta temporada, los carros tienen un peso de 800 kilogramos, aproximadamente, lo cual no solo quita maniobrabilidad, sino también reduce la seguridad. Además, son casi un 50% más grandes que los carros de principios de 2000, una época que los puristas siguen añorando. Por otro lado, el tamaño de los monoplazas va a contramano de la intención de la F1 de llevar el Gran Circo a circuitos callejeros, que son más angostos y no favorecen los sobrepasos. Circuitos tradicionales como el de Mónaco también han sido perjudicados al no ofrecer carreras emocionantes debido al tamaño de los vehículos