La Fórmula 1 ya tiene confirmado uno de los nuevos destinos a los que arribará durante la próxima temporada. El 2023 visitará, nada menos, que Las Vegas, retornando así a la ciudad que supo albergar la categoría en la década del ochenta, pero que ahora mostrará un despliegue típico de la Ciudad del Pecado en medio del furor por el Gran Circo en Estados Unidos.

Con el trazado confirmado, recorriendo las calles de Las Vegas y pasando por los puntos más tradicionales de la ciudad, la previa ya comenzó a un año de la cita, ya que será una de las fechas finales del próximo calendario. Tal es la expectativa, que ya están los precios que deberán pagar los aficionados que quieran ir a ver los monoplazas girando por la ciudad. Entre quinientos dólares (gradas de a pie) y diez mil dólares, los palcos más exclusivos.

Pero no solo eso contiene la previa de una de las carreras más esperadas, ya que como parte de la promoción, un monoplaza de Fórmula 1 de Red Bull anduvo por los pasillos de uno de los casinos de la ciudad. Sí, así nomás. De golpe, por uno de los pasillos alfombrados del lugar y ante la sorpresa de quienes estaban apostando o tomando algo en alguno de los bares del enorme salón, se vio pasar al auto de la escudería campeona del mundo.

El vehículo en cuestión era un RB7, utilizado en 2011 por Sebastian Vettel en el que fue su segundo título mundial y que ahora es utilizado para campañas de marketing como la que tuvo lugar en Las Vegas. Si bien no ha sido confirmado oficialmente, se presume que el mexicano Sergio “Checo” Pérez era el piloto que estaba al volante y que, además, hizo algunas piruetas en una zona callejera que había sido cerrada especialmente para la promoción

Las Vegas fue la última incorporación al creciente calendario de la Fórmula 1 y se convirtió en el tercer gran premio que se desarrollará en los Estados Unidos a partir de 2023. La categoría compitió en esa ciudad en dos ocasiones a principios de la década de 1980, aunque fue un gran premio que duró poco: tuvo lugar en un circuito temporal que se construyó en el estacionamiento del casino Caesars Palace y, por ese motivo, se lo denominó Gran Premio del Caesars Palace. Allí, decidió el título en 1981 y 1982, con las coronaciones del brasileño Nelson Piquet y el finlandés Keke Rosberg, respectivamente.