La Fórmula 1 ha contado con diversas protagonistas que han engrandecido un deporte históricamente controlado y eclipsado por figuras masculinas. No han sido muchas, por desgracia. Ese es el gran problema que desde hace décadas se ha tratado de revertir. Porque el talento siempre lo ha habido, en algunas más que en otras, al igual que ocurre con los hombres. Sin embargo, las oportunidades no siempre han sido las mismas. Si no, que se lo digan a una de nuestras protagonistas, que no le permitieron correr una vez porque un director de carrera machista le dijo que el único casco que debía portar era el de la peluquería.

Estas mujeres pilotos  se atrevieron a romper los esquemas de la sociedad a través del automovilismo. Sí que es cierto que la F1, como tal, se originó en 1950. Pero ha habido nombres previos a la fundación de la categoría que también dejaron su huella en el deporte, en una época muchísimo más complicada para ellas, donde incluso el voto femenino, en ciertas naciones, ni siquiera existía.

En la época más moderna, varias mujeres han dejado su sello de calidad en el automovilismo, más allá de la Fórmula 1.  Recientemente, la FIA autorizó la creación de las W Series, un campeonato de monoplazas exclusivo de féminas para fomentar su imagen e inclusión en las altas esferas del automovilismo. De ahí han salido pilotos de la talla de Jamie Chadwick, así como las representantes españolas: Marta GarcíaBelén García y Nerea Martí.

Aquí seis mujeres pilotos que impresionaron en la Fórmula 1.

Lella Lombardi: La mujer más exitosa en la Fórmula 1

Lombardi posee el honor de ser la mujer piloto más laureada en la historia de la Fórmula 1. Participó en 17 Grandes Premios y corrió para marcas de gran prestigio como Williams, Brabham y March. Fue con esta última con la que cosechó su mayor gesta. Lella finalizó sexta en el Gran Premio de España de 1975. Era su tercera prueba en la categoría y consiguió medio punto. Su resultado meritorio tiene una explicación: el Circuito de Montjuïc protagonizó un fin de semana trágico con hasta cinco fallecimientos. Varios pilotos se negaron a participar y la manga se recortó, por lo que se repartieron la mitad de los puntos y la italiana ascendió al sexto puesto (0’5 puntos). Casi 50 años después, Lombardi sigue siendo la única mujer piloto en puntuar en la F1.

 María de Villota: La estrella española

El legado de María será eterno. Su historia de superación conmovió al mundo entero, aunque, sobre todo, tocó la fibra sensible al entorno del automovilismo español. Sus actuaciones previas en competiciones de monoplazas y de turismos, así como en la Superleague Fórmula en representación del Atlético de Madrid, permitieron a la madrileña firmar un contrato con Renault y posteriormente con Marussia en 2012 para su programa de desarrollo. Un accidente en circunstancias extrañas durante unas pruebas en el aeródromo de Duxford estuvo a punto de quitarle la vida. Meses más tarde, María se recuperó, aunque la pérdida de uno de sus ojos le apartó de las carreras definitivamente. Su libro, “La vida es un regalo”, es el mejor ejemplo de brillantez de una persona que enamoró a todos por su forma de ser. La piloto española falleció días antes de presentar su creación literaria. Su estrella perdurará para siempre y su familia, representada por el expiloto de Fórmula 1, Emilio de Villota, continúa con su legado gracias a la Fundación que lleva el nombre de su hija.

Maria Teresa de Filippis: La pionera

Maria Teresa de Filippis fue la primera mujer piloto en correr en la Fórmula 1. La italiana indicó el camino al resto de sus futuras compañeras. De Filippis se defendió en un deporte varonil donde incluso le prohibieron correr en un Gran Premio (Francia 1958) únicamente por su sexo. Sin embargo, sus primeros trotes con el Maserati 250F que pilotó el mítico Juan Manuel Fangio supuso que muchas personas abrieran los ojos. Maria Teresa fue el punto de inflexión que necesitaba el automovilismo para comprender que las mujeres también tenían derecho a participar en carreras de coches. La italiana, emblema de otras marcas como Porsche, obtuvo su mejor resultado en el GP de Bélgica de 1958 (finalizó 10ª) y fue la gran figura inspiracional para las siguientes generaciones femeninas, que quisieron repetir e, incluso, mejorar el legado que ella dejó en la década de los 50.

Divina Galica: La reina de la velocidad

Divina Galica tiene el honor de compartir un dato con Lella Lombardi. Las dos pilotos italianas corrieron en un mismo Gran Premio, siendo el único caso en la historia de la Fórmula 1 en el que dos mujeres compitieron juntas en la misma carrera. Fue en Gran Bretaña, concretamente en Brands Hatch, en el año 1976. Más allá de su vinculación con grandes nombres como Surtees y Hesketh, sus tres participaciones en la F1 quedan cortas si las comparamos con los tres Juegos Olímpicos en los que participó. Galica se defendía en las modalidades de esquí y slalom, hasta tal punto que registró un récord de velocidad que alcanzó los 200 km/h. Imaginad, entonces, de lo que era capaz de lograr con un bólido de carreras.

Desiré Wilson: Polivalencia sudafricana

Es la única mujer en ganar una carrera de F1, aunque tiene trampa. Lo hizo, sí, pero en la Fórmula 1 Británica. En términos globales, Wilson se inscribió para el Gran Premio de Gran Bretaña de 1980. Esa fue su mayor cercanía con el Gran Circo y con Williams. Y es que realmente sus éxitos vinieron gracias a la Resistencia: Desiré venció en los 1.000 km de Monza y en los 1.000 km de Silverstone respectivamente. Además, participó en numerosas ocasiones en las 24 Horas de Le Mans, donde estuvo vinculada con Porsche. Wilson fue la cuarta mujer en participar en un GP de F1 y marcó la época dorada de Sudáfrica en el automovilismo. Y es que, un año antes de su aparición, su compatriota Jody Scheckter se alzó con el Mundial de 1979 con el Ferrari 312T4.

Tatiana Calderón: El caso más reciente

La piloto colombiana se vinculó con la Fórmula 1 gracias a Alfa Romeo-Sauber, una vez más. Tatiana, recientemente afincada en España, ha competido en multitud de categorías y su ingreso en la GP3 le hizo entrar de lleno en la escalera de la F1. En 2019 saltó a la F2 y más adelante probó el reto de las 24 Horas de Le Mans con un equipo totalmente femenino formado por Sophia Flörsch y Beitske Visser. Actualmente, Calderón está inmersa en el campeonato de IndyCar de la mano del mítico equipo de A. J. Foyt Enterprises, propiedad del cuatro veces ganador de las 500 Millas de Indianápolis, por lo que parece que su cercanía con la F1 es ya más lejana.