Hay circuitos que, por una cosa u otra, se convierten en auténticas pesadillas para algunos equipos o pilotos. Tal es el caso de Charles Leclerc con el de su Montecarlo natal, en el que hasta la edición pasada, nunca había podido finalizar (la carrera pasada la terminó, pero aún así Ferrari cometió un error con él que le impidió ganar).

Y la próxima cita, Bakú, también tiene sus presas predilectas, entre las que se encuentra, justamente el líder del campeonato Max Verstappen. El circuito callejero de la capital azerbaiyana es uno de los mejores entre los “nuevos” del calendario. Un trazado que ofrece siempre emociones, ya sea por adelantamientos, choques o incidencias.

El neerlandés nunca pudo subirse al podio en este Gran Premio desde su aparición en Fórmula 1. De hecho, Verstappen acumula tres abandonos en cinco presentaciones y protagonizó numerosas situaciones frustrantes en la que no siempre fue un error suyo el causante.

En 2016, cuando se llamaba Gran Premio de Europa, Max era la sensación de Red Bull y llegaba a Bakú con muchas expectativas tras su victoria en España unas fechas atrás. No tuvo un buen fin de semana, clasificó noveno y terminó en octavo lugar. Un año después, ya como GP de Azerbaiyán, abandonó luego de apenas doce giros por un error en motor.

Para 2018, Verstappen protagonizaría uno de los momentos más polémicos en su estadía en Red Bull tras chocarse con Ricciardo cuando el australiano quiso superarlo antes de la curva 1. Según los comisarios y el mismo equipo, ambos tuvieron la culpa por el choque. Ese incidente fue uno de los factores que motivaría la salida de Ricciardo del equipo a final de temporada.

Un año después, Max podría terminar la carrera, aunque no logró superar el cuarto puesto logrado en la clasificación y se mantuvo a un lugar del podio a varios segundos de los Mercedes y de la Ferrari de Sebastian Vettel. Más tarde llegaría otra frustración.

Luego de que en 2020 no se corriera la carrera por la pandemia, en 2021 Max ya era el principal candidato a quitarle el trono a Lewis Hamilton por lo que cada punto era vital para luchar por el campeonato de pilotos en el que el de Red Bull aventaja al británico por apenas cuatro puntos.

Pero cuando lideraba la carrera con un carro que se veía sumamente superior, a falta de cinco giros uno de sus neumáticos traseros explotó lo que provocó un choque contra el muro y el posterior abandono. Verstappen salió furioso del vehículo, incluso pateándolo. El “consuelo” fue que el relanzamiento Hamilton se pasó en la curva 1 y perdió varias posiciones que lo dejaron en decimoquinto lugar, sin sumar y sin arrebatarle la punta.